ESTAMBUL.— Y el legendario titán que lleva poco más de una década aletargado eligió la antigua Constantinopla para infundir temor por el viejo continente.
La capital turca es un infierno para todos sus visitantes, incluido el Real Madrid, que nunca había ganado en la hostil plaza... Hasta ayer.
El equipo de Ancelotti silenció al público turco con media docena de goles (1-6), tres obra de Cristiano.
El toque que pretende Ancelotti no aparece, pero mientras define un estilo, se apoya en un Cristiano Ronaldo letal y el más voluntarioso Karim Benzema.
Diego López tuvo dos grandes atajadas tras la salida de Íker Casillas, la segunda, originó el comienzo de la vorágine. Pase largo de Di María a Isco, quien fusiló.
El guión se repitió durante el complemento y Galatasaray pasó de fallar al frente a verse sentenciado por un grave error defensivo. La falta de entendimiento entre sus centrales fue aprovechada por Benzema para plantarse ante Muslera y definir.
Esperando al rival, el Madrid pasó a disfrutar de ocasiones para su estrella portuguesa. Di María rompió la defensa con velocidad, se quitó al portero y sirvió. Entonces, apareció Isco para asistir a Ronaldo.
Llegaba el festival madridista. A toda velocidad, como le gusta a CR7, quien pasó a disfrutar y ensanchar sus números en Champions. Firmó el cuarto al aprovechar un rechace a remate de Sergio Ramos; regaló el quinto a Benzema y dejó un gran tanto en el que cerró la goleada, quitándose a tres defensores.
El Real Madrid saboreó un triunfo que es un mensaje a Europa y que, sumado al empate de la Juventus en Copenhague (1-1), despeja su panorama desde la primera jornada.
Despertar del titán en la antigua Constantinopla, ciudad eternamente clave para quienes sueñan conquistar el viejo continente.