El torero queretano Octavio García El Payo, junto a Diego Silveti y Arturo Saldívar, protagonizaron la quinta corrida de la Feria de Zacatecas, que terminó sin triunfadores, pero con buenos momentos, todo ante tres cuartos de entrada en los tendidos.
Abrió plaza el rejoneador Andrés Roso, ante un astado de Pilar Labastida que fue soso. El caballista no se acopló y sólo dejó detalles al lado de su cuadra, pues Roso no fue certero con la hoja de peral y su labor fue silenciada.
El primero de la tarde de los toreros a pie correspondió a Octavio García, un toro muy bien presentado que fue noble, pero falto de raza, sin embargo, El Payo estuvo firme en su labor, mostró buenos momentos por el lado derecho, y lo mató de pinchazo y estocada.
Con su segundo, el queretano se empeñó en hacer una buena faena con la muleta ante un toro muy complicado que se quedaba muy abajo. Poco pudo hacer el rubio El Payo ante las condiciones del astado, sin embargo se vio voluntarioso por ambos lados, mató de pinchazo y buena estocada para recibir palmas.
Arturo Saldívar con su primero dejó muletazos muy buenos por el lado derecho, una labor muy firme y dispuesta, hiló tandas buenas y largas aprovechando las embestidas del toro, que de a poco desarrolló sentido y se colaba mucho, lo que hizo que Arturo continuar muy firme en su labor, para dejar al final una estocada un poco caída que sólo recibió la ovación del respetable.
Ante el segundo de su lote, un toro de La Paz, Saldívar enfrentó a un toro con clase, pero que por momentos fue muy rajado y se iba hacia las tablas. Arturo acortó las distancias, pero el astado volvía a recurrir a las tablas. El torero dejó muestra de su valor y voluntad ante este astado, lo mató de media estocada y saludó en el tercio ante las palmas del publico zacatecano.
Diego Silveti en su primero se topó con un astado muy complicado que pegaba muchos derrotes. Con la muleta, Silveti regaló buenos pasajes por el lado derecho, por el izquierdo el toro no quería saber absolutamente nada. Emocionó por momentos al tendido, mató de tres cuartos de espada y tuvo petición de oreja que no concedió el juez, por lo que todo quedó en una calurosa salida al tercio.
Ante su segundo, Diego se mostró muy dispuesto, sobre todo con la muleta donde logró tres grandes tandas por el lado derecho, que hizo que sonara la música en el coso zacatecano para acompañar su faena. Terminó su labor con manoletinas muy ajustadas, con la espada señaló un pinchazo y media estocada, para que su labor fuera ovacionada.