Irradia belleza. Una mujer que llama la atención desde el primer momento que aparece en escena. Esas finas facciones y de hermosa figura hacen difícil de creer que se trate de una guerrera sobre el ring. Pero una vez ajustados los guantes, es una máquina de cuerazos que la han llevado a conquistar dos coronas mundiales y a mantener el invicto después de 22 combates. Se trata de la argentina Yésica Bopp. Una boxeadora de respeto entre las minimoscas.

La Tuti, como se le conoce en el mundo del pugilismo, acaba de ser nombrada como peleadora del año por la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Un reconocimiento que la confirma como una de las cartas más fuertes del pugilismo internacional de mujeres.

“Estoy contenta de que me hayan nombrado boxeadora del año por lo que representa esta distinción y por toda la actividad que tuve en el año. Pude pelear en Puerto Rico y México, la verdad es que estoy feliz por todo lo logrado”, destaca Bopp, en entrevista con EL UNIVERSAL.

Originaria de la ciudad de Wilde, perteneciente a la provincia de Buenos Aires, se inició en el boxeo a los 16 años. Una visita al gimnasio de la Escuela Municipal Pascual Pérez, le cambió la vida.

La adolescente Yésica asistió a una exhibición de boxeo para quedar encantada con lo que había visto. Después de lidiar con las negativas de su familia por practicar un deporte no tan común entre las mujeres, se presentó con el entrenador Delfino Pérez, en una cita diaria que nunca interrumpió. Atrás quedó su pasión por el volibol.

A los 21 años, hizo su debut en el sector amateur. Hizo su presentación en un torneo internacional con el pie derecho al ganar el Panamericano y conseguir su pase al Mundial amateur, en Rusia, en donde concluyó en el tercer puesto.

Después de brillar en los siguientes dos años con otros destacados resultados a nivel mundial, tuvo su debut profesional el 5 de enero de 2008, en Villa Gesell, Argentina. Bopp logró un nocaut sobre Soledad Macedo en el tercer asalto.

Ahí inició una carrera ascendente en donde no ha habido alguna boxeadora que le haya sacado por lo menos el empate. De sus 22 combates, 10 los ha finiquitado por la vía del cloroformo.

En 2008 se adueñó del título mundial minimosca de la Asociación Mundial de Boxeo y un año después se colgó la diadema de la OMB en la misma categoría.

“El tener ya dos títulos mundiales y recibir esta clase de reconocimiento como ser la mejor pugilistas del año, me satisface, pues creo que es la mejor manera de representar el potencial que tiene el boxeo femenil”, resalta al argentina.

Además del boxeo, La Tuti se ha distinguido por su belleza fuera de los enlonados. En varios medios argentinos la consideran como su “campeona más sexy”, y en otros hasta la cuestionan cuándo será el día que pose para alguna publicación de varones.

Pero más allá del interés que despierta fuera de su carrera boxística, Bopp dice que su prioridad será siempre su carrera deportiva, en donde espera logra más hazañas.

“Mi anhelo es mantenerme como campeona y defender mi corona. Esto siempre es lo más complicado. Cuando uno está fuera, se tiene miedo de lo qué va a pasar pero lo doy todo por el anhelo de volver a mi país con los títulos”, resalta.

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