Javier Aguirre lo ha vuelto a hacer. El Vasco prácticamente tiene salvado al Espanyol de Barcelona, en una muestra más que las misiones imposibles son las que le gustan y a las que más provecho saca el técnico mexicano.
—¿Cuál es el secreto de Aguirre?, ¿Cuál es la fórmula del Vasco?
Dos de sus antiguos colaboradores: Ignacio Ambriz y Manuel Vidrio, coinciden en que la mejor respuesta es que “le gusta la presión”.
“No es que le guste sufrir —afirma Ambriz, ahora técnico de los Gallos Blancos del Querétaro—, sino que le gustan esos terrenos. Ahí se siente cómodo, ahí se siente como en el agua: Osasuna, Zaragoza y ahora el Espanyol, son la muestra de que le encanta estar ahí, con esos retos”.
“Coincido al 100 por ciento —apunta Vidrio, estratega de Estudiantes Tecos en Liga de Ascenso—. Trabaja mejor bajo presión. Lo ideal sería tener al equipo soñado, como el Barcelona, pero a él le gusta el futbol bajo presión”.
Javier Aguirre ha realizado su carrera bajo esos términos. Inició como técnico en un Atlante que naufragaba en el descenso y lo salvó; después pasó a Pachuca, al que no sólo libró del infierno, sino que lo hizo campeón. A la Selección también la salvó en dos ocasiones de no calificar al Mundial en las eliminatorias rumbo a las Copas del Mundo de Japón y Corea 2002 y Sudáfrica 2010.
En Europa salvó al Osasuna y lo metió a torneos europeos; al Atlético de Madrid lo “regresó” a Europa y a Zaragoza también lo salvó de descender.
Al Espanyol le rompió una larga racha de derrotas consecutivas y ahora lo tiene a media tabla.
“Es un hombre al que le gustan los retos —abunda Vidrio—. No le gusta que hablen por él, pero me lo voy a permitir. Él tenía, desde hace tiempo, deseos de dirigir al Espanyol. No lo dudó, asumió el reto, y afortunadamente sacó al equipo de los malos momentos”.
Mas Aguirre no entra en “ciego” a estos retos, “analiza muy bien al plantel antes de tomarlo. Habla mucho sobre lo que puede hacer con este o aquel jugador y le entra al toro”, recuerda Nacho Ambriz.
Una escuela
Además de sus logros en los equipos a los que ha dirigido, Aguirre está dejando escuela. Se ha preocupado por llevar como auxiliares a jóvenes entrenadores mexicanos, quienes han comenzado a forjar su carrera en solitario.
“Ese fue el punto para separarme de él, querer volar solo —afirma Ambriz—. Ya me había echado un año en México como su auxiliar, además de seis en Europa, era el momento justo de hacerme a un lado”.
—¿No hubieras preferido quedarte con él en Europa?
“No me arrepiento de nada. Viví lo que tuve que vivir en España, en Europa. Estuve en la Liga Europea, viví una final de la Copa del Rey y punto. Me fui en el momento justo”.
Mas no es fácil ser auxiliar de Javier Aguirre, se debe tener una sensibilidad especial: “Javier no te dice qué harías, sino qué quieres hacer y debes de darle una respuesta hecha con muchas bases, aunque al final, él es siempre quien toma la última decisión”, precisa Vidrio.