Guadalajara.— Se trata de la figura del momento. Con sus tres goles frente al Atlas, en la victoria de Chivas por 4-1 para avanzar a semifinales, completó una actuación memorable en la cancha del estadio Jalisco. Hoy, Marco Fabián es un futbolista enfocado en su profesión. Alejado, recientemente, de los escándalos y las malas amistades, algo que ha contribuido a que retome un buen nivel.
Durante su primera etapa en el Guadalajara, su presencia en medios de comunicación se debió varias veces a constantes fiestas que provocaron inclusive demandas por parte de sus vecinos, en Zapopan, Jalisco. Tuvo que salir un año de la institución. El segundo torneo con Cruz Azul vino a menos. Pero ahora, con la camiseta del Rebaño Sagrado, ha vuelto a lucir.
Es difícil que hable de esa parte de su vida, pero el rojiblanco accede durante una charla exclusiva. Deja en claro que no se arrepiente, que él eligió ese camino y que ha aprendido la lección. Revela también que esas amistades que él llama “difíciles” no forman ya parte de su círculo cercano.
Hoy, Marco Fabián, el héroe del clásico tapatío, puede centrarse en lo que mejor sabe hacer: futbol.
—¿Es distinto el Marco Fabián que juega hoy con Chivas, al que se fue al Cruz Azul?
“Sí, bastante. Yo creo que uno valora muchas cosas y obtiene mucha más madurez. Yo, la verdad, desde que debuté, desde chico nunca había salido de esta institución y bueno, siempre llega un momento en el que cualquier persona, en cualquier aspecto de la vida, necesita un cambio para ver las cosas de diferente manera. Yo lo obtuve y ese cambio fue muy bueno para mí. En primer lugar, por lo que viví ese año con Cruz Azul, me tocó quedar campeón de Concacaf, jugar un Mundial de Clubes y jugar un Mundial con Selección Mexicana, uno de mis más grandes sueños. Después, regresar y ver todo de diferente manera, valorar y sobre todo tener esta madurez de trabajar, de lo que significa ser un profesional, tener esa disciplina que hoy en día está funcionando en mi carrera.
—¿Ahora te sientes figura?
“No sé si lo soy. Eso no te lo puedo responder yo, pero trato de trabajar para serlo, para ser la figura y ejemplo, sobre todo, de tantos niños, que me regresan un poco a mi pasado, porque yo de chiquito veía mucha gente así y yo quiero lograrlo, sobre todo en los niños y todas las personas que me siguen, todos mis admiradores.
—Esta profesión tiene muchas cosas positivas, pero también algunas negativas. ¿Podrías decirme dos golpes fuertes que hayan marcado tu carrera?
“Sí, claro. Bueno, el golpe más fuerte fue el que viví en Copa América, cuando me regresaron de allá, cuando estuve ahí metido en el escándalo de Ecuador. Y quizá algún otro... por ahí la etapa en la que viví algunas fotografías, algunos videos cuando mi vida estaba un poco apegada a amistades difíciles, en las cuales, pues bueno, no estaba desarrollando realmente al 100 por ciento mi profesionalismo”.
—Esas “amistades difíciles”, Marco, ¿las sacaste ya de tu vida?
“Sí, claro, ya. Era un círculo en el que estaba y justamente eso, cuando yo salgo del Guadalajara, te das cuenta de toda esa situación, de que estabas viviendo en un mismo círculo, en una burbuja, como dicen. Sabes de lo que eres capaz, pero también lo que estás desperdiciando. Entonces, uno valora todo. Al final, si te tienes que quedar solo, te quedas solo, pero te das cuenta de esa situación... te pones a trabajar, te pones a sacar al 100 por ciento el don que tienes, el don que Dios me dio, el talento, y bueno, a desarrollarlo al mil.
—Se te hizo muy mala imagen en esa época. Inclusive vecinos tuyos te demandaron. Se creó una fama a tu alrededor de que eras fiestero. Te lo pregunto directamente: ¿en verdad eres fiestero o sólo fue que malas amistades te llevaron por un camino que todavía no tenías la madurez para darte cuenta que era malo?
“Sí, mira, la realidad es que yo escogí ese camino en esa etapa, en donde yo no diferenciaba la grandeza del error que uno estaba haciendo. También que la gente lo empezó a tomar ya un poco más alto, empezaron a seguirme un poco más, ya cualquier cosita... hubo también muchos inventos, no te digo que todo fue cierto, pero sí, cometí pequeños errores, los cuales yo creo que hay muchísimos más jugadores, miles que los pueden hacer, pero bueno que no se hace tan grande como se hizo conmigo. Siempre una figura pública y un jugador diferente siempre va a ser más nota. A final de cuentas estuvo ahí y lo mejor que me pudo haber pasado es que aprendí que uno comete un error, pero no vuelve a pasar dos veces. Aprendes a ser todo un profesional, como te decía, a tener la disciplina necesaria y a valorar el privilegio de estar dentro de una cancha de futbol.
—Lo acabas de decir: no eres sólo tú. Eso le pasa a muchos de los que son profesionales de este deporte, porque conlleva ese tipo de cosas, aparecen amistades con la fama y la fortuna. ¿Te arrepientes de haber vivido esa parte o crees que era necesario en tu proceso de aprendizaje?
“No, yo creo que para ser verdad, no hay nada de lo que me pueda arrepentir, a pesar de los más graves errores, yo creo que sin ellos no tendría esta fortaleza, no tendría esta situación de la cual he salido adelante y que hoy a mis 25 años, tengo la madurez de quizá uno de 30, por todas las cosas que he vivido, buenas y malas, porque también he vivido muchas buenas. Entonces, me quedo con todo, de lo malo y de lo bueno he aprendido. Hoy en día, espero y primero Dios me queden todavía muchos años de carrera y bueno, ahora ya no puedo cometer ningún error”.