Juan Carlos Osorio es un hombre que eligió sentarse en la silla más caliente del futbol mexicano en pos de un sueño: “dirigir en una Copa del Mundo”.
Mas el colombiano, hombre estudioso, preparado, que se formó a sí mismo en Sudamérica, Estados Unidos y hasta Europa, no se esperaba que su estilo de trabajo fuera tan criticado, tan controvertido, que ni siquiera sus buenos números, su gran porcentaje en cuanto a victorias se refiere, lo han salvado del comentario mordaz, sobretodo cuando trata de explicar en su método de entrenamiento y las famosas “rotaciones”.
Lo que más se le ha señalado al colombiano de 56 años, es quizá su falta de autocrítica, poniendo un sinfín de pretextos a la hora de tratar de justificar alguna derrota, mas eso ya se acabó, ya que para el juego de cuartos de final de la Copa Oro contra Honduras, ningún pretexto valdrá, sólo sirve: ganar.
Y aunque por ahora, Juan Carlos Osorio ha cumplido con su principal misión, calificar a México a la Copa del Mundo Rusia 2018, lo que tiene que concretarse en los dos próximos juegos de eliminatoria, la realidad es que a la hora de la verdad, a la hora de competir con los equipos élite y en encuentros de eliminación directa, las excusas son lo que más se destaca, tratando de ocultar el dolor de la derrota y la decepción que se acumula.
Para muchos, lo que ocurre con Osorio es xenofobia (hostilidad hacia los extranjeros), para otros, simplemente es miedo a la nuevo, a su novedoso sistema, los demás simplemente no acaban de entender las frases de un hombre al que se le conoce como el Metodólogo, el hombre que en el papel está haciendo un excelente trabajo como seleccionador, pero en el funcionamiento del equipo deja muchas dudas a cada partido que pasa.