Todos recuerdan a Tom Brady como el héroe del Super Bowl LI. El quarteback fue el líder para conseguir la remontada histórica, que culminó con el campeonato en manos de los Patriots de Nueva Inglaterra.
El poderío ofensivo permitió a la franquicia levantar el trofeo Vince Lombardi, quinto en su historia.
La retaguardia de los Pats, coordinada por el barbón Matt Patricia, estuvo sólida durante el 2016, pero fue el punto débil en el juego más importante. Trey Flowers, tackle defensivo del equipo, lo reconoce y promete que se mejorará.
“Necesitamos trabajar en muchos aspectos”, dice el jugador. “En algunos partidos del año pasado sufrimos en distintas circunstancias. Tenemos que estudiar lo negativo, pero también lo positivo para poder ser más sólidos”.
Flowers expresa que no hay alguna presión extra por comenzar la temporada como monarca, mas acepta que su papel cambia y se convierte en un ejemplo para los nuevos compañeros.
“Estoy más experimentado; siento que soy mejor, analizo más las jugadas de los rivales y mi ubicación en el campo mejora”, explica en entrevista con EL UNIVERSAL.
En su tercer año como profesional, el egresado de Arkansas no se conforma con regularidad dentro de los emparrillados. Convertirse en alguien destacado: su obligación.
El anillo de Super Bowl no lo marea. El defensivo mantiene firmes sus pies sobre la tierra. “Soy el mismo de siempre. Claro, la gente comienza a conocerme más y tengo más seguidores en redes sociales, pero mi familia me mantiene centrado. Soy el más chico en casa y están orgullosos de que tienen un hermano campeón”.
Flowers estará sobre el césped del Estadio Azteca el próximo 19 de noviembre, cuando los Patriots se enfrenten a los Raiders de Oakland.
“Estoy muy emocionado. Quiero ver a la gente muy ruidosa durante el juego y que nos apoyen mucho”, continúa. “Es increíble el amor que tienen los aficionados por el equipo. En Estados Unidos, no se da uno cuenta de que te miran en todos lados del mundo”.
Este 27 de julio, Nueva Inglaterra regresa a los entrenamientos para ajustar los últimos detalles previo a la nueva temporada.