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Salió molesto. Arturo Elías Ayub fue el primero en salir de la Junta de Dueños a bordo de una camioneta lujosa, la cual manejaba. Iba de prisa porque “tengo una reunión”.
Se le notaba el enojo, como si hubiese perdido el tiempo en una reunión en la que ya estaba todo cocinado y en la que nada más se le informó que Víctor Manuel Vucetich era reemplazado en el banquillo de la Selección por Miguel Herrera.
“A mí ni me preguntaron nada, nada más me avisaron [sobre el cambio de entrenador]”, manifestó el accionista de Grupo Pachuca, insinuando una posible imposición del Piojo como DT del Tri.
Con dejo de inconformidad por la manera en que se cesó al Rey Midas, el ex presidente del Patronato de los Pumas solicitó no entrar en mayores dimes y diretes. Mejor pidió respaldo al cuadro verde.
“Lo único que puedo decir es que no estoy de acuerdo con las formas”, acusó. “Pero tenemos que ver para adelante, unirnos y sacar esto lo más pronto posible”.
Elías Ayub prefirió no quedarse a tomarse la foto con Justino Compeán, presidente de la Federación Mexicana de Futbol. Tampoco quería dar mayores declaraciones sobre el proceder del mandamás del futbol mexicano.
Mejor se fue en su vehículo del edificio de la calle de Colima 373 y expuso que “ni se tocó el tema de la continuidad de Justino”.
Algunos dueños de equipos, como el del Puebla, Jesús López Chargoy, aseguraron que “fue unánime” en la decisión de relevar a Vucetich como estratega nacional.
Incluso, Jorge Vergara, propietario del Guadalajara y principal promotor para que Herrera se convirtiera en el técnico del Tri, aseguraba que “no fui el único que tenía la propuesta de hacer el cambio”.
Cuando esas palabras “vergarianas” se expresaban afuera de la Femexfut. Elías Ayub ya tenía más de 45 minutos que se había alejado de ese recinto. No le gustaron las formas, tampoco le consultaron, dejó entrever que la llegada del Piojo al Tricolor fue una imposición de Justino Compeán.