Cuando Jhonny González se encontraba en pleno vuelo rumbo a Los Ángeles para promocionar su afrenta contra el tapatío Abner Mares, que se llevó el 24 de agosto pasado, escuchó a la gente de la promotora planeando la próxima pelea de Abner después de que lo enfrentara. Una situación que le picó el orgullo para hacer que esos planes fueran olvidados.

“La promotora [Golden Boy Promotions] ya daba como un hecho la pelea entre Abner Mares contra Leo Santa Cruz. Ya hasta le tenía fecha para el 14 de diciembre. Pero eso me impulsó más para que buscara ganar y destruir sus planes”, rememora Jhonny González, en entrevista con EL UNIVERSAL.

“Lo sentí como una falta de respeto hacia mi persona, porque no me estaban dando el lugar que me merecía. Me estaban dando ya por derrotado y eso fue lo que me motivó para ganar esta pelea ante Abner. Para demostrar a la gente que podía estar de regreso”, agrega.

Y lo cumplió. Dio una de las grandes campanadas del boxeo en 2013 al dejar noqueado al tapatío apenas en el primer round, con lo que recuperaba su corona pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) un año después de haberla perdido.

Pero no sólo la promotora lo daba como seguro perdedor. También las apuestas, aficionados y varios medios de comunicación que enfatizaban lo ampliamente favorito que era Abner Mares. En ese escepticismo sobre sus posibilidades, Jhonny encontró su mayor fuerza.

“El que tuvieran tanta confianza en Abner fue lo que me motivó; de que venía de ganar tres campeonatos mundiales en diferente división; de que venía de ganarle a buenos boxeadores en gallo y supergallo, así como en pluma con su triunfo sobre [Daniel] Ponce de León. El quitarle el invicto me motivó para trabajar fuerte en el gimnasio y siempre tener la mente ganadora”, recuerda.

Más complicado fue llegar a la pelea contra Mares para recuperar su título. González vio caer su corona en septiembre de 2012 ante Daniel Ponce, en una pelea a la que llegó resentido de una costilla y con la carga emocional que representa enfrentar un divorcio.

Luego vinieron peleas en las que se le cuestionó su bajo desempeño, pese a haber salido avante ante el nicaragüense Eusebio Osejo y el japonés Akihiko Katagiri.

“Lo más difícil fue prepararme y sacarme de la mente el recuerdo de las malas últimas peleas que di porque, realmente, fueron malas. No estaba en mi mejor momento y lo acepto. El aprender de esos errores y analizar el por qué no se había llegado de la mejor forma. Todo eso lo corregí durante los entrenamientos. Por eso se dieron los resultados, porque llegué al cien por ciento en lo mental y físicamente”, resalta.

A días de que termine 2013, el monarca CMB siente que su triunfo y el de Juan Francisco Gallo Estrada sobre el hawaiano Brian Viloria fueron las dos mayores satisfacciones del boxeo mexicano en el año. Victorias de alarido que esperan continúe para el venidero año nuevo.

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