PRETORIA, Sudáfrica.— El atleta sudafricano Oscar Pistorius negó hoy haber planeado el asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, en respuesta a la acusación de la Fiscalía.
“No logro entender cómo me acusan de asesinato, por no hablar de asesinato premeditado, porque no yo planeé asesinar a mi novia Reeva Steenkamp”, afirmó Pistorius en una declaración jurada leída por su abogado, Barry Roux, ante el Tribunal de la Magistratura de Pretoria.
Roux leyó la declaración escrita de Pistorius. “Niego la acusación enérgicamente. Nada puede estar más lejos de la verdad”, subrayó el corredor, que no pudo contener las lágrimas.
En la declaración, el atleta de 26 años dio su versión de los hechos ocurridos drante las primeras horas del jueves.
En la víspera del día de San Valentín, celebrado el jueves pasado, el velocista y la modelo, de 29 años, iban a salir con unos amigos, pero decidieron quedarse a cenar en la casa de Pistorius en Pretoria.
“Ella me dio un regalo por San Valentín y me dijo que lo abriera al día siguiente”, explicó el atleta, que se convirtió, el pasado mes de agosto en Londres, en el primer atleta con las dos piernas amputadas que participaba en unos Juegos Olímpicos.
Pistorius relató que la pareja se acostó esa noche y que él guardaba una pistola 9 mm bajo la cama, porque había recibido “amenazas de muerte” en el pasado.
De repente, prosiguió, el velocista escuchó un ruido en el baño, pensó que se trataba de intrusos, se levantó porque tiene movilidad en los muñones, pero al no llevar sus prótesis se sintió “vulnerable”. Dijo que pensó que si el extraño salía del baño estarían en peligro su novia y él.
“Disparé un tiro a la puerta del baño y le grité a Reeva que llamara a la policía”, indicó, al precisar que regresó a la cama y no encontró a Reeva.
“Reeva no estaba acostada, fue hasta entonces que me di cuenta que posiblemente que ella era la que estaba en el baño”, relató Pistorius.
Fue entonces cuando se colocó sus prótesis, rompió la puerta del baño con una mazo de crícket y accedió a la habitación, donde halló a su pareja aún “viva”, a quien arrastró hasta la planta baja de la casa para trasladarla al hospital.
“Ella murió en mis brazos”, agregó Pistorius, quien enfrenta una pena máxima de cadena perpetua, pues la pena de muerte se abolió en Sudáfrica a partir de 1995.