El América tiene una herida que le punza. Aquella eliminación en el Mundial de Clubes ante el Guangzhou chino aún duele en Coapa. Para poder sanar, las Águilas requieren vencer a los Tigres en la final de la Liga de Campeones de la Concacaf, que comienza hoy en el estadio Universitario [20:45 horas].

Es la única ruta que tienen los americanistas para regresar a la justa de Japón y cobrar venganza de ese descalabro que sigue en el libro de páginas obscuras que se encuentra en el Nido.

“Queremos volver al Mundial, porque en diciembre no tuvimos una buena actuación y nos quedamos sin trascender”, reta el capitán emplumado, Rubens Sambueza.

Ignacio Ambriz, actual estratega azulcrema, quedó marcado por la caída en el “Mundialito” que le impidió a su equipo disputar una semifinal con el Barcelona español.

El técnico vio rabiar, entonces, al dueño del América, Emilio Azcárraga Jean, quien tenía la ilusión de ver a su club disputar un duelo frente al coloso europeo. El timonel de los amarillos busca enmendar ese hecho, aunque guarda la calma en esta serie por el título de la Concacaf.

“Nos faltan dos juegos para poder ser campeones, estoy contento la verdad. Quiero felicitar y agradecerle a los jugadores, porque ellos son los que juegan y entrenan toda la semana para conseguir los objetivos”, resalta Nacho.

Descarta que la misión esté cumplida en el América con sólo llegar a la final. Tiene el reto de ganarla: “en esta institución, lo único que se aplaude es si sales campeón”, reconoce el entrenador.

Empresa que resulta compleja para los de Coapa, que buscan el bicampeonato del torneo regional y, de paso, convertirse en el equipo más ganador de la Confederación [están empatados con Cruz Azul en seis títulos].

Se medirán a los felinos , actuales monarcas de la Liga MX y quienes cuentan con su estrella, el delantero André-Pierre Gignac. Por si fuera poco, los norteños tienen al plantel más caro del balompié nacional. Con un valor de 53.58 millones de dólares, supera por casi 10 mdd al de las Águilas [44.01].

Razón por la cual lucen como serios contrincantes. Apenas el fin de semana despedezaron a los Dorados de Sinaloa [5-2], con el fin de avisar que quieren arrebatarle el centro de la ‘Concachampions’ a los capitalinos.

América sufrió una derrota el viernes pasado ante el Querétaro. [1-0]. Volvieron a desatarse las dudas en torno del conjunto de Coapa.

“El ánimo no nos puede mermar de cara a la final. Hay que pensar en lo que viene en la final”, ruega Ambriz a sus pupilos.

Sin embargo, pese al arsenal de Tigres, en el recuerdo está aquella final que el América ganó a los dirigidos por Ricardo Ferretti en el Apertura 2014 [con un 3-1 global].

El ‘Tuca’ prefiere no ver el duelo como si se tratara de una venganza. Evita a toda costa usar un término similar para no incendiar —aún más— la serie.

“Estas tonterías de revancha es porque en los medios de comunicación quieren poner algo más en un partido que no necesita y yo no me presto para estas cosas”, ataja el brasileño Ferretti.

“[Hoy] es el primero de dos partidos de la disputa de la ‘Concachampions’, ni más ni menos, el rival, como cualquiera, merece mi respeto y no le temo”, anuncia.

América nunca ha perdido una final en la Concacaf. Las seis que ha disputado, las conquistó. La última, el año pasado contra el Montreal Impact de la MLS.

En esta nueva serie por el cetro regional, las Águilas cargan con el peso del centenario de la institución más polémica del balompíé nacional. El margen de error parece nulo. Es el éxito o el primer fracaso en el cumpleaños 100 de las Águilas.

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