Una apuesta “visionaria”, “disyuntiva” lo que hizo el Guadalajara de Jorge Vergara al romper con Televisa, la “gran perdedora”, según especialistas en marketing y negocios deportivos.
“Esto que hace Chivas es dejar atrás con los esquemas tradicionales de negocio. Es algo muy interesante que representa abandonar la zona de confort en la que vivien los equipos mexicanos”, resalta Hussein Forzán, CEO de la Agencia PMKT.
El propietario del Rebaño Sagrado aún dejó en el aire cómo será la nueva forma en que se transmitirán los encuentros como local de los rojiblancos. Sólo dijo que “les garantizo que podrán ver a Chivas de una manera única, sin limitaciones, disfrutarán al club de una manera diferente”.
“Aquí hay de tres sopas: o te quedas con la televisión abierta, que ya no pasó, te vas a la televisión restringida o te conviertes en una productora de contenido. Esto último es una apuesta muy alta”, señala Luis Ramón Carazo, experto en negocios deportivos y analista de TDN.
El Guadalajara recibía, aproximadamente, 25 millones de dólares al año por darle sus derechos de transmisión a la televisora de San Ángel, que apostaba a ganar tres a uno por cada billete verde invertido en el considerado equipo más popular de México. Aparentemente, la apuesta de Vergara es la de gestionar sus propios derechos y obtener una ganancia de forma “individualizada”.
“Chivas ahora obtendría más recursos y dinero, porque vendería directamente a los anunciantes. Implica mucho más trabajo, pero a mediano plazo puede ser muy redituable”, augura Forzán.
“El Guadalajara ahora tiene todo para ganar. La gran perdedora es Televisa, porque va a perder a un equipo de mucha popularidad”, añade el expecialista en mercadotecnia deportiva.
Éxito, depende de resultados. Cualquiera que sea el modelo de negocio de Chivas para transmitir sus partidos en casa, los resultados positivos dependerán de cómo le vaya en el terreno de juego.
“El éxito va a ir acompañado de si el equipo gana o pierde. Si le va bien, va a generar que la gente lo quiera ver en donde quiera que pasen los juegos, pero si le va mal, va a existir un abandono”, explica Luis Ramón Carazo.