LEÓN.— Rodeado de viejas fotos, reconocimientos y trofeos, Antonio Carbajal mira de reojo al actual futbol, el de los fastuosos magnates balompédicos, de esos que —dice— cobran mucho y se les exige poco. Antítesis del mundo que él experimentó hace más de medio siglo, en el que “se pagaba poco y se exigía mucho”.
A sus 85 años, La Tota está lúcido, lo suficiente como para lamentar el “desarrollo” alcanzado por el arte de dar patadas a la pelota.
“El futbol [mexicano] es un desastre”, diagnostica el legendario Cinco Copas, mientras se mece en un vetusto sillón cuadriculado, desde donde atiende a su clientela, en la vidriería “Carbajal”, ubicada en pleno centro de la ciudad cuerera.
El negocio de La Tota es adornado por una caricatura de cuando era guardameta de la Selección Nacional, mientras vuela en pos de un añejo balón de cuero. En el interior, cristales, espejos, diplomas, como el reconocimiento que le hizo la presidencia municipal de León, tras su ingreso al Salón de la Fama del futbol internacional.
“¿Quién manda en el futbol?”, cuestiona Carbajal Rodríguez. “Las empresas televisoras, son las que mandan, de poner los partidos el día y en el horario que a ellos se les antoja. El ‘Pacto de Caballeros’, caray, es de risa”, repasa. “¿Cómo podemos salir adelante, si se maneja el futbol con las patas? Se juega con las patas, pero se maneja también con las mismas patas”, ríe.
“Es un ‘lavadero de cerebro’, de que vamos bien. Ya hasta tomamos de burla eso de que ‘jugamos como nunca y perdimos como siempre’. Y nos da risa... ‘Ja, ja, ja, ji, ji, ji’. No puedo creer que el futbol sea un deporte que obnubile a la gente. En el Mundial, todas las calles desiertas, ¿a ver qué hizo México?. Quedamos igual que siempre...”, reprocha.
Ahora mismo, aborda, el deporte de las patadas es víctima de la ambición de gente a la que sólo parece importarle llenarse las bolsas de dinero, aunque el adelanto deportivo no se produzca.
“Aquí los torneos cortos vinieron a perjudicar. Si pierdo cuatro o cinco partidos, me botan. ¿Y el espectáculo? Que se vaya por un tubo. Vamos a presentarnos y a ver qué pasa, y todo mundo contento, si hay mucho dinero de por medio. ¿Qué nos preocupa? ¿El resultado? México es un país que todo lo olvida. Y me pregunto: ¿Dónde está lo bueno? ¿La Olímpica? ¿Dónde está esa camada?”, cuestionamientos sin respuesta.
En cambio, asegura, los equipos se plagan de foráneos, con el pretexto de no dar ventajas. “No tengo nada contra los extranjeros ni contra los naturalizados, pero mientras estemos trayendo jugadores de medio pelo, nuestro futbol va a seguir igual. Hay equipos que tienen, entre extranjeros y naturalizados, 10. ¿Que jueguen los 10?”, expone.
Aborda el caso de Pumas. “Acaba de renunciar este muchacho [Mario] Trejo, que quiere hacer bien las cosas, pero cuando no hay gente que apoya a los conocedores, pasa esto. Te traen jugadores de medio pelo. ¿Por qué en lugar de cinco, más los naturalizados, mejor buscan dos o máximo tres, pero de categoría? Si en cinco vas a gastar 20 millones, por decir algo, de medio pelo, gástate esos 20 en dos o tres, que en verdad sean de altura. Te van a ayudar para los chamacos de fuerzas básicas al observar cómo se manejan”, sugiere.
El problema es que “mientras los equipos estén supeditados a las televisoras, no va a pasar nada en el futbol”. Y al mismo tiempo, “mientras no haya un periodismo recto, que saque a la luz la podredumbre que hay, no va a pasar nada”.
Fustiga el ex portero... “¿Por qué en Europa cada equipo se contrata con el que quiere? Aquí no, tú la mitad y yo la mitad, pero yo mando. ¿Cómo vamos a salir adelante así? ¿A los directivos les interesa? Supongo que sí, porque lo están aceptando”.
A todo esto, ¿qué hacen Justino Compeán y Decio de María?: “Lo que les dictan los señores. Eso es lo que hacen. Así de sencillo. Así, ¿cómo vamos a triunfar? Está clarísimo quiénes manejan el futbol. ¿Qué acaba de pasar? No vamos a televisar los partidos donde juegue León, porque no están con nosotros. Así se manejan las cosas”.
Entre tantas denuncias, Carbajal incluye una más... Los promotores, acusa, “son un grave problema”. Explica: “El jugador, muchas veces es tan tonto, que el promotor se lleva más tajada que él. Cuando yo era entrenador de Morelia, llegaban jugadores que me decían: ‘Profe, le doy la mitad de mi sueldo’ o promotores que te decían: ‘Yo te vendo este jugador en tanto y tú lo metes en tanto’. A ese grado ha llegado la podredumbre”.
La Tota se peina el bigote, mientras ve cómo el futbol se maneja “con las patas”.