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Horas de angustia en las que más allá de preocuparse por perder el título del mundo, lo que hizo sonar las alarmas en el equipo García fue la salud de Mikey.
Y es que antes y después del pesaje donde Miguel Mikey García perdió el cinturón pluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), el peleador de origen mexicano presentó un cuadro de deshidratación que le provocó desmayos, constantes vómitos, calambres, vista nublada y entumecimiento de brazos que hicieron que su hermano y entrenador Robert García pensara en cancelar la batalla contra el puertorriqueño Juan Manuel López.
“Ya sabíamos que no iba dar el peso, pero lo que más nos dolió fue ver que mi hermano se desmayó antes del pesaje, y después al tomar un poco de líquido empezó a vomitar, a causa de que su organismo no tenía nada. Tuvimos que inyectarle suero toda la noche y estar al pendiente, pero al otro día nos asustó cuando nos dijo que no veía bien, ahí pensamos que Mikey no tenía que subir al ring”, reveló.
Aquel 15 de junio pasado fueron cuatro rounds los que tardó García en noquear a su rival. Cautro episodios en los que a pesar de no estar al 100 por ciento de sus condicones físicas, el mexicano dio cátedra sobre el encordado, por lo que su hermano Robert lo califica como “un fuera de serie” por lo que hizo.
“Mikey pidió que lo dejáramos desayunar tranquilo, que lo dejáramos tomar sus líquidos y que si después de medio día seguía sin sentirse bien, que canceláramos la pelea. Afortunadamente evolucionó de buena manera, lo vimos fuerte y pues lo demostró derribando a JuanMa, eso sólo los fuera de serie lo consiguen”, sentenció Robert García.