China ya se decidió a conquistar el mundo del futbol. Tiene una chequera inacabable y el apoyo de su gobierno para lograrlo.
En los últimos cinco años, ese “gigante asiático” gastó mil 56 millones de dólares en comprar estrellas del futbol internacional para darle lustre a su Superliga. Tiene en mente organizar un Mundial, y ganarlo.
En ese periodo, fue la sexta competición que más dinero invirtió a nivel Mundial, tras la Premier inglesa, la Liga española, el Calcio Italiano, la Bundesliga alemana y la Ligue 1 de Francia.
Su plan expansionista en el deporte más popular del planeta no sólo incluye contrataciones rimbombantes como la de Carlos Tévez, Hulk y Oscar. También ha echado a andar 50 mil escuelas con 70 mil canchas para que sus niños sean los próximos astros del futbol, de acuerdo al New York Times.
“Desde hace tres o cuatro años que el futbol —el mundo del deporte en general— ha entrado con fuerza en la agenda política del país”, explica a EL UNIVERSAL Luis Torras, economista y consultor, autor del libro “El Despertar de China”.
“Se ha escogido futbol por ser el deporte con más seguimiento a nivel a global, es hoy la industria deportiva con más seguimiento, y de mayor volumen”, apunta.
Los clubes chinos cuentan con el aval gubernamental para gastar grandes cantidades de dinero en fichajes y sueldos, por concentrarse en “realizar esfuerzos por reequilibrar su economía entre demanda externa y demanda doméstica”. Tan sólo Tévez, ex estrella del Boca Juniors argentino, cobrará 80 millones de dólates por jugar dos temporadas con el Shanghái Shenhua.
“China cuenta con capital y una posición ventajosa para invertir en el exterior. Todo lo que se convierte estratégico en China cuenta con el soporte estatal y las políticas públicas tienen coherencia interna”, expone Torras.
“Desarrollar las industrias deportivas en China es hoy una prioridad... con lo que es lógico que veamos a los estamentos públicos, en todos los niveles, remando en esta dirección”, dice.
Impacto inflacionario. Cada vez que un club chino se decide a fichar a una jugador que se encuentra en un buen momento, las exorbitantes cantidades de millones de dólares que se ofrecen a sus clubes de origen son una tentación. También un riesgo de que se incrementen aún más los precios de los profesionales del balompié internacional. Por ejemplo, Oscar, cuyo costo en el mercado de piernas es de 36.81 millones de dólares, salió del Chelsea por 63 mdd, casi el doble de su valor.
“China tiene ahorro y el grueso de economías occidentales tienen deuda... La entrada de nuevos jugadores en la industria del futbol incrementa la demanda —además con fuerza—, con lo que es lógico observar una presión inflacionista en este sentido. Y los jugadores no serán una excepción”, considera el experto Torras.