Eulalio López Zotoluco resultó triunfador en el Festival Taurino, realizado a beneficio de su fundación, pues con dos apéndices el matador dio cátedra de su toreo. Mientras que Sebastián Castella y Domingo López Chavés cortaron una oreja cada uno en la Plaza de Toros Santa María.


Previo al festejo, los matadores  que conformaron el cartel recibieron un reconocimiento por parte de la Fundación Zotoluco, en agradecimiento a su participación.


El primer  novillo de la noche llevó por nombre “Humanitario”,  perteneciente a la ganadería de San Pablo. Aunque tuvo un buen inicio, el rejoneador Andy Cartagena erró en el rejón de muerte y lastimó al astado,  por lo que un subalterno tuvo que entrar a despuntillarlo.  El español  salió con un sector de la plaza en palmas y el juez indicó arrastre lento para el astado.
El maestro Zotoluco regresó al ruedo entre olés del público, su novillo fue un astado de nombre “Agradecido” de 435 kilos de la ganadería de Xajay.


En un acto de sencillez, el diestro brindó su faena a los matadores invitados y emocionó al público cuando recibió al novillo de rodillas, como en sus mejores tiempos.  Para el final tuvo un estoque perfecto, el público lo ovacionó de pie y se llevó dos apéndices.


Posteriormente,  Domingo López Cháves apareció en el ruedo para lidiar a  “Fundación” de la ganadería de Campo Real, con un peso de 400 kilos.


El  diestro español resultó con mucho porte y templanza en su toreo.  López Cháves logró una muy buena faena, aunque el estoque no fue certero, pinchó en su primer intentó, pero rectificó en el segundo y consiguió cortar un apéndice, llevándose las palmas del público.


Enfundado en un traje azul marino, el francés Sebastián Castella salió al ruedo con “Gran Amigo” de la ganadería de Teófilo Gómez y con un peso de 420 kilos. 
 Aunque le tocó un astado muy malo, disperso y no le iba a la muleta, el francés   rescató su faena en el último tercio. Certero en el estoque, Castella fue aplaudido una vez que el novillo cayó y  terminó cortando una oreja.


“Generoso”, de 410 kilos y de la ganadería Constantino, fue el penúltimo astado de la noche.  Joselito reenamoró al público, con una faena muy elegante supo aprovechar al máximo al toro. La cereza del pastel fue el estoque,  aunque  entró completamente en el animal, este no cayó en el acto y tuvo que descabellar, consiguiendo la muerte del astado en el primer intento; el público pedía una oreja pero se retiró con palmas.


“Altruista” de Los Encinos y de 455 kilos fue el último de la noche. Diego Silveti  aprovechó a su novillo en cada tercio y al ritmo de “Caminos de Guanajuato” mostró algunos pases que emocionaron al público, pero el estoque le falló al final, recibió un aviso y pinchó en tres ocasiones lo que provocó que perdiera la oportunidad de cortar algo. El diestro se retiró en silencio.

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