Marco de Almeida está seguro de que Alejandro Márquez lo cesó de la dirección técnica del Celaya por solapar la protesta de los jugadores, encubiertos con bolsas de pan en sus rostros y con la leyenda “págame”.
Pero el empresario alega tener pruebas y testigos de que la decisión de correr al brasileño estaba contemplada, en caso de que los Toros perdieran en casa contra Mérida, tal como ocurrió.
“Yo te voy a decir una cosa y tú puedes comprobarlo”, anticipa Márquez, en entrevista vía telefónica con EL UNIVERSAL. “El día que vi a [Fernando] Palomeque [el timonel sustituto] fue el jueves. Desayuné con él, porque yo venía de Cancún. Te puedo mandar mi boleto, evidencia clara. Desayuné en Wings, unos huevos veracruzanos. Me atendió el señor Héctor, así se llamaba el mesero. Para que compruebes que yo tuve ese desayuno antes de todo”, dice, como quien disfruta de una coartada perfecta. “Puedes hablarle a Yosgart Gutiérrez, que es el portero, que le fue a llevar a Palomeque el boleto. Entonces, si el señor perdía yo estaba hablando con el técnico y me había arreglado con él”.
Alejandro Márquez admite que la marcha del equipo, bajo la conducción de De Almeida, no era tan negativa.
“No estaba mal y estábamos en buena posición, pero yo el día jueves ya tenía tratado si perdía mi equipo, porque ¿qué venía sucediendo? Perdimos en Necaxa. Perdimos tres juegos importantísimos de local contra el colero Zacatepec, contra Altamira, que hoy es el colero, perdimos en casa nosotros. O sea, si analizas las cosas, yo sí tengo ganas de calificar. Y como dicen que no sé de futbol, tienen toda la razón, soy muy tonto, pero yo tuve un ascenso. Si él quiere decir que yo soy, yo soy, no hay ningún problema”, detalla.
Y aunque insiste una y otra vez con más detalles a cerca de su encuentro con Palomeque, mucho antes del pasaje de las bolsas de papel, el presidente del Celaya no oculta la sorpresa que le provoca el silencio que guardó Marco de Almeida, quien con conocimiento de causa, escondió la situación a su directiva.
“En sus declaraciones, él está diciendo que él sabía y que apoyó a los jugadores. ¿Sí o no? Cosa que yo le respeto y no le digo nada. Ni hubo reclamo cuando lo cesé ni nada, cero cosas”, explica Márquez y luego añade: “Yo te pregunto una cosa. ¿Por qué [Rubén Omar] Romano sí le dice a [Norberto] Scoponi: ‘Oye, los jugadores van a hacer esto, avísale al dueño’? Nada más quiero saber. Si eres un líder e identificas que hay un problema, ¿por qué no avisar? Nada más quiero entender eso. Es una pregunta que tengo yo...”.
Mas si no queda claro, el empresario se muestra resuelto a enviar toda clase de pruebas: “Te estoy diciendo qué desayuné, te estoy diciendo qué mesero me atendió, a qué hora fue, te estoy diciendo dónde fue. Eso no lo puedo inventar, hombre... Y te puedo mandar hasta mi comprobante de mi nota del desayuno, chinga...”.
Eso sí, “tampoco sé si Palomeque resulte”. Sin embargo, “tengo todo el derecho a equivocarme, porque es mi dinero y yo soy el empresario”, resuelve, concluye.