Para unos fue caótico, para otros eterno y algunos lo decribieron como una tragedia: los futbolistas extranjeros vivieron en carne propia el terremoto de 7.1 de magnitud que este martes azotó la Ciudad de México.
“Estábamos concentrados para un partido de Copa, en el décimo piso de un hotel, y la verdad que fue un momento muy desesperante, muy angustiante”, describió Silvio Romero, delantero argentino de América, a Fox Sports.
Por su parte, el entrenador de Pumas, Sergio Egea, explicó a la Cadena Ser su propia experiencia. “Terminábamos de entrenar y fue muy fuerte, estamos preocupados, nos asustamos muchísimo”, contó. “Nosotros en las canchas de entrenamiento tenemos paredes de piedra volcánica, pero salimos de las instalaciones rumbo al centro del campo, vimos gente sufrir ataques de nervios, sicosis, todo muy mal, estamos alerta por cualquier réplica”, añadió.
El defensor chileno del Toluca, Osvaldo González, le narró al periódico El Mercurio que llegando al entrenamiento, “todo empezó a moverse. Fue un remezón fuertísimo, corto, pero brusco, y se hizo eterno”, relató.
“[Los chilenos] estamos más habituados a los temblores, pero la sensación que sentimos con el movimiento fue tan fuerte que inmediatamente pensamos que era un terremoto”, manifestó.
El español Édgar Mendez, mediocampista cruzazulino, confirmó que estaba bien, aunque no dio más detalles. “Como son muchos los que me preguntan desde mi isla [Tenerife, donde nació], afortunadamente todo está bien. Gracias por preocuparse”.