Prendieron todas las luces apagadas por el Tri Mayor durante su penoso andar en el hexagonal final de la Concacaf rumbo a Brasil 2014.

Chicos capaces de iluminar un año oscuro, debido al via crucis experimentado por un combinado que inició con José Manuel de la Torre en el banquillo y terminó bajo las órdenes de Miguel Herrera, incluidas breves estancias de Luis Fernando Tena y Víctor Manuel Vucetich.

Mientras la Selección Nacional absoluta padecía en cualquier cancha, los equipos con límite de edad volvían a dar la cara.

Ninguno como el Sub-17. Raúl Gutiérrez se quedó a un juego de repetir la hazaña, mas volvió a entregar sobresalientes cuentas. Sus pequeñines alcanzaron el duelo por el título en el Mundial de la categoría, ese que perdieron frente a Nigeria (0-3).

Descalabro que no mancha el expediente del grupo que otorgó la más grande satisfacción al balompié mexicano durante 2013.

“Nadie está contento por cómo se dieron las cosas con nuestra Selección Mayor; sin embargo, son circunstancias del futbol y a nosotros nos tiene felices y orgullosos el haber podido compartir nuevamente esa ilusión, ganas de querer triunfar, sobre todo estando tan lejos”, sentencia El Potro, entrevistado vía telefónica. “Alguna gente demeritó lo que hicimos en 2011, porque era en casa y —según ellos— muy fácil”.

“Ahora que estábamos bastante lejos [Emiratos Árabes Unidos], el haber podido conectar con toda la gente es un motivo extra de orgullo para seguir trabajando”.

El Tricolor infantil debutó en la Copa del Mundo cuatro días después de que los mayores clasificaron, de milagro, a la repesca.

Otorgaron el néctar que endulzó los labios amargados por la frustrante del combinado que siempre acapara reflectores. Su segundo lugar se unió a lo hecho por el conjunto Sub-20 (eliminado en octavos de final), así como el título en Concacaf de las chicas Sub-17 (primero en la historia) y la medalla de plata obtenida, dentro de la Universiada Mundial, por el Tricolor femenil.

Valiosos logros, aunque no tan luminosos como el de los muchachos dirigidos por Gutiérrez.

“Eso lo tendrían que poner ustedes [si fueron la mejor Selección del año], pero estamos muy satisfechos con el trabajo que hicimos”.

“No al 100%, porque no quedamos campeones, pero la entrega, ganas, estructura que representa el proyecto para que los resultados se dieran de esa manera, nos tiene muy felices, con una inercia positiva”.

Generada, según detalla el entrenador, por el respeto a los procesos, el respaldo logístico y económico, así como las innmuerables giras internacionales de cada combinado.

“Eso también es importante, porque de 2009 para acá se ha reafirmado el trabajo con resultados, procesos reales y eso nos marca una buena ruta, sobre todo con futuro prometedor”, diagnostica.

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