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La pregunta “¿Ayudan los árbitros al América?” le incomoda a Rubens Sambueza, quien de inmediato hace una mueca de desaprobación y emite una sonrisa que denota reproche absoluto.
El volante de las Águilas responde seco, contundente, con ganas de desterrar el mito de las ayudas arbitrales hacia el conjunto azulcrema de una vez por todas.
“No sé, habría que preguntarle a ellos, o a los que piensan que ayudan al América, a mi entender no nos ayuda nadie, nosotros entramos a jugar somos once contra once y creo que ganamos bien [al León]”, refuta el naturalizado mexicano.
Sambu recuerda que en la última serie por el título del futbol mexicano perjudicaron a las Águilas en el tema arbitral, por lo que ve sin sentido las críticas de los esmeraldas hacia la labor de Paul Delgadillo.
“En la final pasada me hicieron un penal y no lo cobraron, en un gol estaban en fuera de lugar. Que se sigan quejando, nosotros queremos jugar nada más”, ataja.
Raúl Jiménez es otro que rechaza la tesis de la “mano negra” en las decisiones de los silbantes para favorecer al América.
“Son errores, así como en una jornada están muy bien a la otra semana se pueden equivocar, uno como delantero falla y te vas para abajo, son cosas que se dan”, justifica.
Al joven delantero americanista se le señala que a su equipo es al equipo de la Primera División que más penales se le han marcado en el último año con 12.
Encuentra la respuesta a esa estadística muy pronto, la cual se aleja de la polémica de los silbantes.
“Lo que pasa es que tenemos más llegada, que estamos pisando constantemente el área. Los árbitros tiene un segundo para decidir, no hay que cargarle la mano a los árbitros”, solicita el ariete mexicano.
Uno de los argumentos que esgrime Jiménez para rechazar las ideas de los favores de los nazarenos es el poder mediático y polémico que tiene el América por naturaleza.
Cree ferviente que no se discute con la misma intensidad un penalti marcado a favor de las Águilas, que a otro pitado hacia cualquier otro conjunto en México.
“Es un cuento de nunca acabar, los árbitros son humanos y se pueden equivocar. Cuando es a favor de América siempre lo magnifican y cuando es en contra nadie dice algo”, expone.
De pronto, Jiménez halla un método para seguir con la defensa del arbitraje mexicano: la comparación.
“Si recordamos lo que pasó en Copa Oro [con la Selección Nacional], ahí sí son malos [los arbitrajes] y ahí te das cuenta que hay que valorar lo que hay aquí”, exhorta.
Aburrido del tema y de los incesantes cuestionamientos, el atacante del América pone en otro lugar el tema de los arbitrajes. Prefiere el protagonismo que su equipo tiene en el terreno de juego.
“Dicen que nosotros compramos partidos, pero nadie de aquí se prestaría a nada de eso. Los árbitros pueden equivocarse a favor o en contra. Nosotros sólo pensamos en lo que hacemos en la cancha, no nos tiene que importar lo demás y dejar a los silbantes segundo plano”, dice convencido de que es un mito que los árbitros ayuden al América.