TOLUCA.— Resistió cuanto pudo, sobre todo mientras sus futbolistas continuaban sobre el terreno de juego, pero eso no significa que los múltiples insultos recibidos den lo mismo a Enrique Meza.
El director técnico de los Diablos Rojos, quien fue fustigado por un sector de la afición durante casi todo el cotejo ante el Cruz Azul, reconoce lo doloroso que resulta escuchar improperios hacia él y su familia.
“Es muy común que eso suceda”, lamenta El Ojitos. “Acá, hace muchos años, cuando vine [por primera vez], varios me mentaban la madre y ahora, después de dos regresos, la gente se vuelve a acordar”.
“Vuelven a insultar, pero ellos vienen a ver ganar a su equipo y solamente tengo que dirigir... La verdad es que trato de no escuchar; primero, para no ofenderme, y segundo ¿Mi mamá qué culpa tiene?”.
El experimentado entrenador confiesa que los hombres que están a su cargo experimentan profunda vergüenza por el paso de un equipo que apenas el certamen pasado terminó la fase regular como líder y alcanzó la final.