LOS ÁNGELES.— Érik Goyito Pérez es una estrella en ascenso en las Artes Marciales Mixtas (AMM).

Tras su victoria frente a Byron Bloodworth enla UFC 155 en diciembre, su popularidad ha aumentado.

La UFC ha estado en busca de una estrella latinoamericana para expandir su mercado a México. Pérez es perfecto para ello.

Es un peleador de calidad, emplea una máscara de luchador antes de subir a la jaula y es una figura carismática. La UFC lo quiso de vuelta para enfrentar a Johnny Bedford en abril, en Nueva Jersey.

Pero Goyito desarrolló una infección bacteriana (estafilococo) mientras entrenaba en Albuquerque, Nuevo México. Inicialmente la ignoró, pero una tarde que fue al cine, al término de la película, cuando se levantó de su asiento se dio cuenta de que tenía la rodilla muy hinchada y adolorida.

El peleador contrajo un estafilococo resistente a la meticilina, una bacteria que resiste antibióticos y que, en algunos casos, es fatal.

Pérez fue revisado en un hospital y se decidió que era vital realizarle una operación, pero no era sencillo, pues la intervención ponía en peligro su carrera como peleador.

“Cuando los escuchas decir que puede ser fatal, entonces piensas en todo lo importante de tu vida”, comentó Pérez, quien peleará el 28 de agosto, en Indianapolis, frente al nipón Takeya Mizugaki.

“Pensé en la muerte, y en una posible amputación, incluso creí que los doctores sólo me lo decían para asustarme [...] Me olvidé de mis rivales y tuve que pelear para sobrevivir”, comentó Érik, quien tras ser operado y dado de alta, regresó a México para convivir con su familia y recobrar el ánimo para pelear.

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