Motivos sobran para que la preocupación invada Ciudad Universitaria. Caer en casa, sumar tres partidos sin ganar y enfrentar al América el próximo sábado, tienen a la afición auriazul en vilo.
Los Pumas sucumbieron en el estadio Olímpico Universitario ante Querétaro (0-1), y las dudas regresan al seno felino. Semana complicada la que se vive.
Una anotación de los Gallos Blancos, por conducto del joven volante Marcel Ruiz al 15’, fue suficiente para que los dirigidos por Rafael Puente del Río se quedaran con su primera victoria en calidad de visitantes.


Al 27’, todo parecía empeorar para los felinos. Camilo da Silva fue derribado en el área grande y el árbitro Alejandro Funk decretó la pena máxima. El Olímpico Universitario enmudeció.
El  mismo jugador brasileño tomó el esférico, ejecutó y Alfredo Saldívar se vistió de héroe. Atajó el penalti y los ánimos volvieron a la normalidad. Aún quedaba tiempo.
Balones perdidos marcaron el juego de los capitalinos en la primera mitad. Querétaro lucía cómodo y el peligro estaba en el sector de los universitarios.
El segundo tiempo se pintó azul y oro. El dominio era para los Pumas, pero la falla en el último toque era una constante de los locales. Los de la UNAM  tenían encerrados a los Gallos Blancos. Nada sirvió.
Maldiciones, rechiflas, abucheos, todo reclamo posible de la afición tenía un destinatario. Daba lo mismo si eran los Pumas, el Querétaro o el árbitro.
Funk  pitó  el final y con ello inició la semana más pasional que viven los aficionados del Pedregal, acortada por la jornada doble. El sábado visitan a las Águilas en el Estadio Azteca. No vencen a los azulcrema desde el Apertura 2014. Sí, una preocupación más.

bft

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