Empujones, gritos, risas... ¡El caos! Intempestivamente una multitud se congrega en la Terminal 2 del aeropuerto capitalino en espera de los integrantes de la Selección Nacional, que pasaron de repudiados “ratones verdes” a elogiados héroes. No hay memoria. Las críticas desaparecen. Hoy todos quieren presumir la playera.

Lo intentan muchos, que con la prenda del Tri se aferran a cazar autógrafos; lo ensaya un par de hermanos, identificados con corbatas tricolores; lo hacen, incluso, los orgullosos fans azulcremas, quienes impregnan de amarillo el lugar.

A ellos se suman decenas de reporteros. Uno, dos, tres por medio de comunicación. A la ensalada se multiplica un ejército de cámaras y la seguridad aeroportuaria termina por perder la paciencia. El caos resulta inexplicable. Como si vinieran de levantar la Copa del Mundo.

“¡Atrás, atrás!”, exigen los uniformados, pero la muchedumbre se cierra cuando se aproxima el primer jugador. El valiente es Paul Aguilar, mas enseguida la turba se suelta y lo aprisionan. La policía interviene y es puesto a salvo entre jalones, empellones e improperios.

Ricardo Peláez lo intenta entonces. La marejada vuelve a aprisionar y mueven al dirigente, sin freno, de un lado a otro. El peligro desaparece cuando más personalidades se atreven a salir. El ejército de camaritas se reparte al fin.

“Misión cumplida. Eran dos partidos y ahora a regresar al América a buscar el bicampeonato”, expresa. “Lo voy a pensar seriamente”, agrega Peláez, ante el supuesto de que acompañe a Miguel Herrera a Brasil 2014. “Si el Consejo Directivo [del club] considera que debo estar ahí, lo pensaré”, añade indeciso.

Lo único claro es que El Piojo va a completar la Liguilla. Él lo confirma: “Vamos a esperar que se tome la decisión, pero voy por el bicampeonato con América. Hicimos un gran torneo como para dejar de concentrarnos en lo más importante”.

Optimista, añade: “Cuando termine mi participación con América, que seguro es el día 15 [en la final], ahí pensaremos [en el Tri]”.

Y precisa, reitera: “No voy a estar el 6 en el sorteo, sino con América, buscando el bicampeonato”.

Incluso se da tiempo para aplaudirle a sus antecesores en el cargo: “No fue un gran año, pero tengo que felicitar a Chepo, porque tuvo un momento extraordinario, a Vuce y a Luis Fernando, porque tuvieron la valentía de tomar a la Selección. A mí me dejaron un partido, sí, con la dificultad que nada más era un juego de ida y vuelta, pero ellos sufrieron, ir a Centroamérica es algo que no se compara con lo que hicimos ahora. Así que también hay que darle su mérito a ellos tres”.

La persecución continúa... Oribe Peralta, El Hermoso es el más pretendido. “¡Vengo de un viaje larguísimo!”, se queja, ante la insistencia de la multitud, que lo asfixia. “Todo es gracias a mis compañeros, algunos goles nada más la tuve que empujar, eso es todo”, apunta.

Sí, es el caos. Hay que ponerlos a salvo. Al fin y al cabo lograron el cometido: El boleto al Mundial...

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