Pareciera que el tiempo se detuvo desde la más reciente ocasión que integró la directiva del Cruz Azul, mas su encanecido cabello recuerda a Eduardo de la Torre que han pasado casi siete años y el ansiado título de Liga continúa sin llegar.
El ‘Yayo’ ha vuelto a La Máquina como director deportivo. Encuentra algunos cambios en el club, pero la obsesión por bordar esa novena estrella en el escudo de la institución permanece... En mayor grado.
Se trata del nuevo hombre en el que están cifradas las esperanzas celestes. Asume el reto y hasta reconoce que es obligación dar la vuelta olímpica, aunque no se anima a dar un tiempo límite para lograrlo, más allá de que su vínculo —por ahora— tiene 24 meses de duración.
“Es una meta, objetivo, y la palabra obligación puede caber; en la vida hay muchas obligaciones y las diferentes personas hacen todo lo posible porque se realicen, mas —a veces— no se cumplen y ni modo”, atina a decir el también ex directivo de los Jaguares de Chiapas y el Necaxa. “Tienes que asumirlo de esa manera, con la satisfacción de haber entregado tu tiempo, esfuerzo”.
“Hay ocasiones en las que no haces mucho o no participas tanto o tu aporte no es el esperado y, sin embargo, se cumple un objetivo de esa magnitud. Tendré la responsabilidad y responderé. Las obligaciones... Uno tiene la de hacer su trabajo lo mejor posible y cumplir con todos los lineamientos de la institución, lo cual doy por descontado”.
La institución a la que vuelve necesita mucho más. Tras 18 años sin proclamarse monarca local, lo único que sirve al Cruz Azul es añadir trofeos a sus vitrinas cuanto antes, por más que el también ex entrenador insista en que ponerse “un tiempo meta [para conseguirlo], como tal... Quien lo haga de esa manera, puede caer en la demagogia”.
“Quiero que las acciones sean las que hablen, más que alguna promesa, declaración, para quedar bien con la gente”, agrega. “Se tendrá que ver, de una forma próxima, que esa posibilidad de ser campeón está más latente que nunca, porque entiendo que es una de las partes por las cuales la afición está reclamando a esta institución. Se han brindado grandes satisfacciones y hay muchas cosas de regularidad, inclusive con el primer equipo, que para mí son dignas de tomar en cuenta...”.
Proyecto ‘mexicanización’. Justo cuando el número de futbolistas no nacidos en México crece dentro del balompié nacional, De la Torre afirma que algunos objetivos cementeros a largo plazo son impulsar las fuerzas básicas y lograr que el plantel tenga menos jugadores no hechos en la institución.
“Sí estamos preparados para esos pasos y los vamos a ir dando, pero no se puede hacer de un día para otro”, recuerda, enérgico.
El inicio de su nuevo club en el Clausura 2016 le agrada, mas espera que hoy se consiga la primera victoria, en León.