Último capítulo de una de las más fantásticas odiseas en la historia del balompié mexicano. El ídolo volverá a casa, ataviado con esa elástica sin la que no podría entenderse su brillante carrera.
Es por eso que la voz de Cuauhtémoc Blanco irradia dicha. El actual presidente municipal de Cuernavaca cumplirá uno de sus más grandes sueños: jugará un partido de despedida con el América... Y advierte que estará a la altura.
Será el sábado 5 de marzo en el Estadio Azteca, en contra del Morelia, por la novena jornada del Torneo Clausura 2016.
“Estoy muy feliz. Llevo semanas entrenando”, revela el ‘Temo’, entrevistado vía telefónica. “Siempre he dicho que no voy a hacer el ridículo. Simplemente, tengo 43 años [de edad], llevo dos semanas y media de entrenamiento... Con ésta voy a cumplir tres, así es que llegaré en buena condición para que la gente me vea jugar bien”.
No disputa un encuentro oficial con las Águilas desde hace casi nueve años. La más reciente ocasión que hizo vibrar al pueblo azulcrema fue el domingo 27 de mayo de 2007. Aquella noche sacó de la chistera una mágica ejecución de tiro libre, mas su golazo no evitó caer con el Pachuca en la final (2-3 global).
Ese partido fue en el estadio Hidalgo. Su más reciente aventura como americanista, en el ‘Coloso de Santa Úrsula’, se dio un par de días antes, en la ida de esa serie por el título. Sí, también hizo gol. Fue mediante un penalti.
Le encantaría volver a estremecer las redes contrarias.
“Voy a jugar el primer tiempo. Todavía no sabemos cuánto, probablemente 30 minutos y ya después los dejaré ahí”, revela, ilusionado. “[Deseo] que se dé un buen resultado en el primer tiempo”.
“Tengo una gran ilusión de poder meter un gol, pero aquí lo importante es hacerlo por el equipo, tratar de conseguir los tres puntos”.
Evento que formará parte de los festejos por el centenario de la institución. Aunque se hizo oficial ayer, el genio fue registrado desde el 29 de diciembre. Lo único que hacía falta era definir la fecha. Portará el 100 en la espalda. No podía ser otro durante este año.
Se concentrará con las Águilas como cualquier otro jugador.
“He tenido actividad [como presidente municipal] y aún así he entrenado”, subraya. “Desde que me retiré del futbol, sigo haciéndolo”.
“No me gusta ponerme medio ‘chonchito’, así es que he ido muchas veces al gimnasio, pero ahorita llevo dos semanas, con ésta va la tercera [de entrenamiento], para prepararme bien para el partido”.
Que sea un juego de despedida le evitaría, al igual que al América, ser castigado por infringir el Código de Ética, en el que se exige neutralidad en temas políticos y religiosos. Las posibles críticas no le inquietan.
“Es una despedida, lo veo normal. No creo que vaya a haber críticas, al contrario. Es muy bueno para mí, la afición, que siempre me ha pedido que me retirara en el América y ahorita se da la oportunidad”, agradece. “Las críticas siempre han existido, así es que me pongo un traje de buzo y todo se me resbala”.
Porque nada manchará el capítulo final de la fantástica odisea futbolística que ha protagonizado.