Barcelona .— Luis Suárez emitió un rugido de gol que iba acompañado del éxtasis en el Camp Nou. El uruguayo, hasta entonces inadvertido en el partido, hizo un tiro cruzado, directo a las redes merengues (55’). Una anotación que comienza a teñir de blaugrana la llamada ‘Liga de las Estrellas’.

Victoria culé que les aleja a cuatro puntos del Real Madrid. El Barcelona se consolida como líder absoluto en el certamen ibérico, además de llevarse el juego del orgullo.

“Por ahora es el gol más importante que he hecho con el Barcelona, y tiene un significado extra, también por el rival que era”, presumió el ariete del cuadro catalán.

Ahora, los blaugranas (68 puntos) dependen de sí mismos para quedarse con su título 23 en la liga ibérica. Tendrían que fallar en dos juegos de los 10 que quedan en la temporada para que el Madrid (64 puntos) les pueda arrebatar la cima.

El duelo de ayer fue la combinación entre la efectividad del Barcelona y la clemencia merengue.

Jeremy Mathieu había cazado a los madridistas en una pelota parada para adelantar a su equipo. Un cabezazo ante una floja marca de Sergio Ramos le permitió mandar un balón picado, inatajable para Íker Casillas.

A partir de esa anotación, los blancos encontraron un juego de conjunto con constantes avisos. Hasta antes del gol del defensa francés, Cristiano Ronaldo puso un balón en el travesaño y poco más habían mostrado los visitantes.

Una obra de arte, un pase elegante de Karim Benzema de taquito, dejó a ‘CR7’ con el balón a disposición para poner el 1-1 parcial (30’).

Después, Claudio Bravo, portero barcelonista, se convirtió en figura. Al mismo astro portugués le sacó un tiro potente y una más a Benzema que pudieron mandar adelante al Madrid antes del medio tiempo.

“Nos teníamos que haber ido al descanso 1-2 ó 1-3. Pero no ha sido así. Hay que marcar las ocasiones, porque un rival así va a aprovechar las suyas”, subrayó Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales merengue.

La falta de puntería la pagó el Madrid. Un latigazo del Barcelona fue suficiente para comenzar a darle rumbo a la Liga de España.

Dani Alves mandó un trazo que bajó con algodones Luis Suárez. En su recepción, en medio de Sergio Ramos y Pepe, se acomodó el esférico para cruzarlo ante un descolocado Casillas.

¡Gol! Una montaña de jugadores blaugranas se formó sobre el delantero tras el 2-1. Los gritos de alegría del técnico Luis Enrique eran desaforados, liberadores de toda la tensión que había acumulado ante el asedio del Madrid.

Barcelona tuvo para liquidar con contragolpes. Messi, antes del segundo tanto de su equipo, y Neymar, se encargaron de errar. El Real Madrid ya no tuvo más aire para hacer el empate.

La Liga está teñida de blaugrana. El clásico español así lo dictó ante la felicidad del Camp Nou.

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