Y 24 años después, viene la revancha. Esta vez no quedarán dudas. Azul o amarillo. Amarillo o azul. ¿Quién manda en el Clásico Joven del futbol mexicano?

Este es el tercer choque en estas instancias, en la historia de los duelos entre  dos de los  clubes más importantes del país. El primero se dio en la campaña 1971-72, en partido único con triunfo para La Máquina y el segundo, en la 1988-89, fue para las llamadas Águilas.

Así se comenzará a marcar la diferencia, un título para cada quien, esta es la buena. Cruz Azul llega a la final como quinto lugar general, al acumular 29 puntos. En cuartos de final venció a Morelia y en semifinales pasó sobre Santos Laguna.

“Estamos en la final, que era el objetivo inicial, y la enfrentaremos con igual o más intensidad que los juegos anteriores”, dijo el técnico cementero, Guillermo Vázquez.

El América, por su parte, calificó como sublíder general, con 32 unidades. En cuartos pasó sobre Pumas y en semifinales dio cuenta de los Rayados de Monterrey.

“Sé que en América la exigencia es el título y si no se logra, todo el mundo habla de fracaso. Mi cabeza no está pensando en eso, veo al equipo sólido y voy con mesura”, comentó el entrenador americanista, Miguel Herrera.

Ambos conjuntos se echan la “bolita”. Ninguno quiere ponerse la etiqueta de favorito en esta serie final, aunque es muy cierto que en cuestión de números, son las Águilas las que llevan cierta ventaja.

En este torneo, el cuadro azulcrema ha ganado todos los clásicos que ha disputado. Tres en torneo regular y dos en Liguilla, a los Pumas.

“Si el equipo hace lo que debe hacer, no veo forma de que se nos vaya el campeonato”, aseguró El Piojo, muy confiado de su conjunto.

“Es una final en la que los dos hicieron los méritos para llegar. América tiene un gran equipo, pero nosotros también. Será una serie equilibrada y bien jugada”, argumenta Memo.

Dicen que los jóvenes ganan partidos, pero los hombres ganan campeonatos. Final de figuras,  de ídolos, donde los elegidos son los que marcan la diferencia. Por América, es el ecuatoriano Christian Benítez el señalado para brillar. Tricampeón goleador, le ha tomado la medida a los cementeros, ya que les ha hecho seis goles en fila.

“Estamos conscientes de lo que pesa el Chucho, pero Benítez no es todo el América”, afirma Luis Amaranto Perea, el líder de le defensa celeste.

Por el lado azul, es el argentino Christian Giménez quien lleva los controles. “Todos sabemos que Cruz Azul es uno con el Chaco, y otro sin él, es el líder de ese equipo”, señala Miguel Herrera.

Todo está listo para jugarse otra final, una final especial, donde la historia pesa, quizá más para Cruz Azul, que lleva perdidas cuatro finales de Liga en fila. La Máquina, además, suma cuatro derrotas consecutivas en juegos de final en el estadio Azul (su triunfo más reciente data del Invierno 1997 1-0 ante León). Además nunca ha vencido a los de Coapa en un juego de Liguilla en el otrora estadio de la Ciudad de los Deportes (dos empates y una derrota).

“No hay fantasmas, ni hay porqué mencionarlos. El equipo tiene una gran seguridad en ellos mismos. Así ha sido desde el principio y no hay por qué voltear atrás”, asegura Vázquez Herrera, muy serio, sin esbozar demasiada confianza.

Pero Miguel Herrera, en contraparte, ya se vio y se vio bien: “La verdad es que sí, me veo festejando con los muchachos, todos muy alegres al final de la serie”.

Veinticuatro años después viene la revancha. Ahora sí, no quedará duda de quién es el dueño del Clásico capitalino. En los 70, Miguel Marín y compañía dominaron a Carlos Reinoso y sus huestes; en los 80, Carlos Hermosillo le pegó al equipo del que más tarde sería la gran figura.

El pasado cuenta, pero pesa más el presente. Ahora sí, se decidirá quién es el que manda en el Clásico Joven. (Con información de Alejandro Asmitia V.)

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