Guadalajara.— Jorge Vergara dice que nadie lo puede destituir de su cargo como director de Omnilife. Ni siquiera su esposa y socia, Angélica Fuentes.
Y con respecto al conflicto legal, el empresario tapatío afirma que no es un asunto de sentimientos, como lo dijo su aún cónyuge en días pasados.
“No es un asunto pasional, porque yo no siento ninguna pasión por Angélica”, atiza inclemente el mandamás del club Guadalajara.
“Lo que quiero aclarar es que lo que ha dicho ella son mentiras. Tengo que proteger el patrimonio de la empresa y el de los trabajadores”, remata.
Vergara denuncia que la Asamblea realizada por Fuentes “fue una simulación”, porque se convocó a través de las redes sociales. En ese evento ella se habría autoproclamado como directora de Omnilife.
“No se puede hacer la destitución de un dueño. Ella no va a regresar, no será restituida de ninguna manera”, afirma el mandamás del Rebaño Sagrado.
En fechas recientes, el abogado defensor la ‘Reina del Gas’, Ismael Reyes Retana, afirmó que su cliente estaba dispuesta a entablar una negociación para terminar con el conflicto que comenzó Vergara por un presunto fraude de cuatro mil millones de pesos.
“Es la única vía por la que puede terminar el litigio. Nadie va a salir ganando al final de esto”, explicó Reyes.
Sin embargo, en su conferencia de prensa, el empresario descarta la buena voluntad de su aún cónyuge.
“Si tiene ganas de terminar el asunto, ya lo hubiera terminado. Sus intereses van más allá, quiere todo”, lamenta.
Durante el juicio que se lleva a cabo, los temas personales salen a relucir. Fuera de cualquier tema deportivo o penal, en medio de ambos personajes se encuentran las hijas que procrearon durante su matrimonio.
Vergara asegura que desde que se inició la querella, “no he podido ver a María Ignacia, ni a Valentina, porque se encuentran viviendo en Estados Unidos con Angélica”.
Una de las razones por las que la también filántropa se fue a radicar al extranjero fue que teme por su seguridad, como dijo en semanas anteriores. Mas su marido expone que “nadie va a atentar contra ella”.