RECIFE.— La espera ha sido larga y complicada para los miles de aficionados mexicanos que han hecho el viaje hasta aquí, el nordeste brasileño, para el juego decisivo en el que la Selección Mexicana intentará clasificar a la segunda fase de la Copa del Mundo.

No son los grandes ríos de mexicanos, no hay las verbenas afuera del hotel, ni un punto de reunión de todos los mexicanos como lo hubo en las otras dos sedes donde jugó México, en las que Ponta Negra y Praia Iracema, en Natal y Recife, fueron el epicentro de la fiesta mexicana.

Y en parte fue la misma Selección Mexicana la que apagó ese ambiente, al dejar plantados la noche del domingo a unos 200 aficionados que se habían reunido afuera del Hotel Mar donde se hospeda el Tricolor.

“Estamos muy resentidos porque nosotros venimos haciendo un viaje muy largo y muy caro. Venimos sin boletos porque sólo hacen negocio de reventa con los boletos las agencias de viajes como Mundomex, que sólo te venden entradas si les compras sus paquetes caros para estar encerrado en un barco. Organizamos todo, un recibimiento y nos dejan plantados”, alega Lucía Flores, de San Luis Potosí quien cuenta por teléfono a su hermana lo que “éstos nos hicieron”.

Así que la afición mexicana durante este domingo ha teñido de verde y rojo la playa de Boa Viagem. Han ocupado camastros donde han izado la bandera mexicana, se han tomado fotos con brasileños que quieren posar con los sombreros de charro. Por la tarde, los grupos de mexicanos se han desperdigado, refugiándose en los bares para ver los partidos y algunos otros deambulan por las calles sin gran fiesta.

En Fortaleza, la afición mexicana se reunió y organizó una verbena afuera del hotel de la Selección Mexicana en la que hubo mariachis, tambora y hasta un sonido con todo y luces de colores en las que se escuchó música mexicana. La fiesta fue tan grande que el cuerpo técnico del Tri pidió a la afición seguir la fiesta en otro punto para que los jugadores, que al otro día enfrentarían a Brasil, pudieran dormir.

Los aficionados mexicanos esperan con ansia que inicie el partido ante Croacia en la Arena Pernambuco para dar rienda suelta a esa pasión que caracteriza a la que se ha calificado como la “torcida más alegre del Mundial”.

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