Mario Carrillo se encuentra sentado en un barril de pólvora. La goleada que recibió Pumas ante los Tigres del Universitario de Nuevo León acrecentó la presión que se vive en el seno del plantel, en un momento difícil en cuando a lo deportivo, porque el próximo fin de semana se medirá al América en Ciudad Universitaria.
Y es que, al mal desempeño que tuvo el equipo en La Sultana del Norte, se agrega a la decisión que tomó El Capello, de no convocar a Emanuel Villa y a Martín Romagnoli, dos de los jugadores que más perciben en la institución y que, por ende, afecta al club, porque son activos que pueden perder su valor, al no ser considerados en el primer equipo.
Contadas son las ocasiones que presentan problemas similares en la institución felina. En el Verano 1997 y después de no ser considerado como titular, el alemán Bernd Schuster decidió llegar a un acuerdo con la directiva para rescindir su contrato y evitar problemas en la institución.
Por críticas en contra de Luis Flores, el brasileño Cristian Domizzi y el argentino Javier Lavallén fueron separados sólo unos días, ya que los mandos auriazules prefirieron que ambos futbolistas se quedaran y prescindir de los servicios de Flores Ocaranza. Enrique López Zarza asumió el timón sin mucho éxito.
El último jugador que fue separado y al poco tiempo reintegrado fue Horacio Sánchez en el Verano 1999. Aunque no hubo un comunicado oficial, se especuló que Bruno Marioni también estuvo fuera del equipo. Al final, el argentino se quedó y Hugo Sánchez dejó el timón de los felinos.
Actualmente, no se sabe la situación real de Tito Villa y Martín Romagnoli. Aunque siguen trabajando en el primer equipo, será complicado que sean tomados en cuenta por Carrillo, a quien no le agradó las críticas de ambos jugadores que manifestaron su molestia por no ser considerados para arrancar los compromisos. Lo único claro es que, de no obtener un buen resultado el próximo fin de semana ante América, la presión será mayor para el cuerpo técnico de los Pumas.