Tanto esperó el América para ver lleno al imponente Estadio Azteca y su afición en pleno apreció su caída sin remedio. Extinto aquel atrevido equipo azulcrema por la demoniaca aparición de los Diablos Rojos, se derrumba el sueño de las Águilas por alcanzar la final y la gloria.
Y es que, la primera versión de la semifinal entre azulcremas y Choriceros es para el Toluca, capaz de apagar a la ofensiva amarilla y de encender la suya, con un par de travesuras, para ganar 0-2 y encaminarse a la final.
La respuesta al llamado del americanismo es inmediata, mas, quizá por tanta expectación, se adormecen los sentidos. Las Águilas, atribuladas y afectadas cierran filas, apenas para conservar el cero, pero sin hacer estallar la dinamita futbolera frente al portón choricero.
En 45 minutos, el ave se ve maniatada por el doble candado aplicado por Enrique Meza. El viejo estratega arma dos líneas de cuatro, con Cabrera, Novaretti, Dueñas y Rodríguez; más Silva, Tiago, Ríos y Esquivel. Pero a la hora de atacar, Lucas Silva y Carlos Esquivel procuran alimentar el talento de Sinha y la maquinaria goleadora del panameño Tejada.
La cosa no funciona, porque Miguel Herrera entiende que no debe tolerar goles en su domicilio y, alertado por la trampa que consumió a las Chivas, en la fase previa, ordena a tres centrales de la talla del Topo Valenzuela, Mosquera y Diego Reyes, amparados en los carriles por Aguilar y Chema Cárdenas, en sustitución del lesionado Aldrete —recordado por sus compañeros en la práctica previa al encuentro, al lucir todos el 16 que porta el dinámico lateral izquierdo amarillo—. En media cancha, Molina ordena la contención, El Negro Medina procura la salida y en El Rolfi Montenegro recae el talento, para catapultar al frente al Chucho Benítez y al apagado Raúl Jiménez.
El panorama ofrece contadas aproximaciones. Si acaso, el tiro libre que escupe Talavera al minuto 8; la respuesta de Toño Ríos (12’), también de lejana distancia, y que rebota con apuros Moi Muñoz. El vistoso intento de “rabona” del Rolfi y que contiene fácil el meta rojo o el contragolpe que procura Silva y que rechaza el portero local con autoridad.
La más clara ocurre al 41’: Chema localiza en el área al Chucho Benítez, quien, con la testa, se la pone de frente a Raúl Jiménez, mas éste saca tiro flojo que facilita la actuación de Talavera.
En el complemento, El Ojitos Meza entiende que debe atacar para sacar provecho de la visita y, muy pronto, obtiene resultados. Arranca el Toluca con El Pájaro Édgar Benítez y, en una jugada a balón parado, por el cobro de un córner, Gerardo Rodríguez saca servicio de izquierda a derecha y, a segundo poste, cabecea Lucas Silva para sacudir las redes capitalinas, al minuto 54.
Tarde, pero reacciona El Piojo Herrera, quien incluye a Rubens Sambueza y al Hobbit Bermúdez en el engranaje azulcrema. No es suficiente. El Toluca, con espacios, está más próximo a marcar, como aquel tubazo al poste de Gerardo Rodríguez; hasta que El Pájaro Benítez mata en el último minuto, en un contragolpe letal. El silbatazo final de Jorge Antonio Pérez deja un sabor amargo entre tantos miles, que llenan Santa Úrsula, mas no el ánimo de un ave que agoniza.