El boxeo es uno de los deportes que mayor espectáculo generan no sólo por la complejidad del mismo, sino por el interés económico que arrastra. Sin embargo, en la rama femenil su crecimiento ha tenido que avanzar en pequeños pasos.
Hasta hace poco más de una década, en México las mujeres tenían prohibido pelear en suelo azteca. Fue hasta que el nombre de Laura Serrano tomó fuerza -pues fue la pionera del pugilismo femenino al convertirse en la primera campeona mundial de todo América Latina- cuando se puso fin al boxeo “clandestino”.
En los últimos años el boxeo femenino en México ha tomado fuerza, a tal grado de ser uno de los países que cuenta con mayor número de campeonas mundiales, por lo que las boxeadoras se han encargado de pelear por sus derechos en una profesión que en un principio las recibió con duros golpes traducidos en machismo, desprecio y desconfianza, lo cual representaba una gran desventaja para ellas.
Actualmente, nuestra nación cuenta con representantes en el deporte de los puños de gran trascendencia y reconocimiento mundial. Tal es el caso de las ya consolidadas Ana María “La Guerrera” Torres, Mariana “La Barbie Juárez”, Jannet “La Cuisilla” Pérez, Arely Muciño, Irma ‘La Güerita’ García y Jackie Nava, quienes nos han conquistado con sus actuaciones sobre el ring.