Acapulco .— Casi cinco años más tarde, Maria Sharapova volvió a jugar un partido de tenis en México, fue un entorno completamente diferente, pero el resultado fue el mismo.
La rusa, quien en diciembre del 2010 superó a su compatriota Vera Zvonareva en un partido de exhibición en Monterrey, libró una batalla para adaptarse a la superficie en el primer set, pero luego le pasó por encima a la estadounidense Shelby Rogers para clasificarse a la segunda ronda del Abierto Mexicano.
“Es agradable estar de vuelta luego de ese partido de exhibición de hace muchos años, también había estado de vacaciones”, dijo Sharapova al final del partido. “siempre será difícil ajustarse a la cancha, a nueva superficie, especialmente porque es mi primera vez en Acapulco”.
Aprovechando que no jugaba competitivamente desde la Fed Cup, Sharapova arribó al puerto desde el pasado viernes y se ha dado tiempo de conocer algunos puntos turísticos.
“Ha sido una gran experiencia, ya llevó un par de días por acá, es una oportunidad única que no se me presenta en otros torneos de hacer un poco de turismo y explorar el puerto”, añadió la tenista rusa, quien es la número dos del mundo, un ranking que espera mantener durante el resto del calendario de la gira de la WTA.
“Para mí, venir a México era una gran oportunidad porque es un vuelo corto desde Estados Unidos y por eso tomé la oportunidad de venir”, afirmó Sharapova, quien agradeció el apoyo de la afición local.
“Los vi muy emocionados, siempre que vas a un torneo no sabes qué esperar, pero vi que el estadio estaba lleno y fue una gran bienvenida la que me dieron”, afirmó la jugadora.
Sharapova, quien es la máxima favorita para ganar este torneo, sostuvo que no se presiona por ello.
“Cuando alguien te enfrenta y es desfavorecido, siempre salen a jugar feroz y hay que estar atento, todas las jugadores son peligrosas y quieren dar la sorpresa, buscan ganar”, agregó la raqueta rusa.
“Yo espero ir mejorando conforme vaya avanzando el torneo”.
En ello queda el talento de Sharapoca quien espera no llevarse pronto una desagradable sorpresa.