Es la nueva generación de técnicos mexicanos; jóvenes entrenadores que no se han quedado a la espera de una oportunidad en Primera División o deambular en la Liga de Ascenso.
Se han aventurado más allá.
Enrique Meza hijo, de 34 años, lleva un año en Costa Rica, dirige al Cartaginés; mientras que David de la Torre, de 33, lleva cinco en Bolivia, y está al mando del Petrolero de Yacuiba.
Ambos con ganas de trascender, con ganas de triunfar por propios méritos, con deseos de ganarse un nombre, pero también con la ilusión de regresar a México para dirigir.
Para la primera oportunidad necesitaron un empujón. “Mohamed Morales —aquel quien fuera dueño de Veracruz en 2010—, me trajo al Santos de Güipiles en junio pasado, y de ahí comencé a convencer”, recuerda Meza, quien como auxiliar tiene a su hermano Diego.
A De la Torre, el destino lo llevó por otros sitios. “El club Morumbí de Guadalajara, tenía un convenio de intercambio con el Real Mamoré de Bolivia. Así llegué aquí. Me llevaron al futbol de Segunda División”.
Hijo de ‘Ojos’... ‘Ojitos’. Hijo de Enrique Meza, Enrique Junior no tuvo una carrera futbolística larga, pero sí espíritu aventurero. Al retirarse, apenas a los 28 años, se dedicó a viajar y a estudiar. “Estuve en África —en donde lo encerraron por ser sospechoso de tener ínfluenza—, en Inglaterra, en Barcelona, Argentina. Siempre he querido abrirme camino por mí mismo. Nací para dirigir y quiero triunfar aquí para regresar a dirigir en mi país”.
No se queja del cerrado mercado de técnicos en México, “al final, esto es de capacidad. Llegué a un club chico como el Santos, pero hicimos las cosas bien. Ahora estoy en uno grande como el Cartaginés. Nadie me llevó ahí. Esto no es de palancas necesariamente”.
Ha tenido que pagar el derecho de piso. “El arbitraje a veces me carga la mano, pero fuera de eso, nada. Nuestro equipo se caracteriza por jugar por debajo, ninguno otro lo hace. Costa Rica es un país hermoso. Los niveles de delincuencia son muy bajos”.
El mexicano de Bolivia. Después de cinco años, a David de la Torre se le conoce en Bolivia como ‘El Mexicano’, un paisano que ya ha entrenado en la órbita de los técnicos bolivianos. “He sido campeón en Segunda y he andado en varios equipos de Primera. También trabajé para la Federación de Bolivia, donde dirigí a las menores”.
Hijo de Toño de la Torre, el llamado ‘7 Pulmones’, ya hizo su vida en Bolivia. “Esposa a hija son bolivianos”, pero quiere volver a México. “Claro, mi sueño es dirigir en Primera. En unos años más espero hacerme del suficiente nombre para regresar. Sé que he estado perdido aquí, pero me he hecho de un status, ya estoy en la baraja de los técnicos confiables”.
La cuestión monetaria también lo motiva. “Aquí se gana muy poco. Bueno, la nómina de un equipo grande se pagaría con lo que gana al mes un jugador de élite en México con 200 mil dólares”.
Es la nueva ola de técnicos mexicanos, jóvenes que no esperan la oportunidad, la fabrican.