En México les dijeron no más, pero a veces, las piernas están listas para un último arrancón.
Jaime Durán y Omar Flores surgieron en la cantera del Atlas. Jugaron por 15 años en Primera y en el Ascenso, y cuando pensaron que su carrera llegaba al final, hubo una luz.
David de la Torre los llamó para jugar en el Petrolero de Yacuiba. Estuvo con ellos en fuerzas básicas rojinegras, y la amistad perduró... “Se nos hizo interesante —dice el Jimmy—, especialmente porque podemos pelear un cupo a Copa Libertdaores”.
El club fronterizo, “es relativamente joven, acaba de subir hace dos años. No te pagan mucho, donde entrenamos, no hay vestidores, menos regaderas, pero estamos contentos; es un reto a cumplir”, agrega el contención, quien se ha ganado la fama de rudo.
Omar Flores estaba a punto del retiro, cuando recibió la llamada de su amigo. “Quizá hubiera jugado en el Ascenso, pero llegó esta oferta y ¡adelante! Me emociona mucho esta etapa en mi carrera”.
Lo malo, dentro de lo bueno, “es que extraño mucho a mi familia. Aquí no hay la infraestructura de México, pero se vive bien, nos pagan a tiempo. Sabíamos a lo que veníamos. Nos han tratado bastante bien”.
Mas este no es el final, en seis meses esperan estar de regreso. “Tengo la ilusión de jugar en la MLS. DaMarcus Beasley, mi compañero en Puebla, me ha prometido que me ayudará a fichar por allá”, relata Durán.
“Yo quiero volver a México. Creo que aún puedo dar mucho”, promete Flores. Las piernas darán su resto y, quién sabe, quizá Bolivia sea un nuevo comienzo. Edgar Luna