Aunque los dos suelen estar muy poco tiempo en el banquillo, Ricardo Ferretti y Matías Almeyda tienen formas tan peculiares como distintas de comportarse en la zona técnica, incluso en el discurso. Son las dos caras de la serie por el título en el Torneo Clausura 2017.

El Tuca es el ogro bigotón que casi nunca luce conforme, ni cuando sus Tigres arrasan con el adversario. Es el entrenador que siempre parece estar fuera de sincronía con el festejo. Mientras sus futbolistas y el público celebran, el brasileño halla algo por pulir y llama a algún jugador para darle indicaciones.

Lo del Pelado es más espiritual. También da indicaciones, pero sí explota con las anotaciones del Guadalajara o sufre en cuclillas, con las manos entrelazadas, si su equipo no responde o camina al borde de la cornisa, como en los minutos finales de las eliminatorias frente al Atlas y el Toluca.

“Tendremos una final con dos directores técnicos muy inteligentes”, adelanta Claudia Rivas, especialista en psicología deportiva, entrevistada vía telefónica.

Eso sí, cada uno con un matiz plenamente marcado.

“[Ferretti] a veces esconde un poco esta calidez que tiene con la imagen pública. Es hombre que vive intensamente, por lo tanto —a veces— no controla el sarcasmo, como con lo que se enganchó con el Piojo“, afirma Rivas. “El perfil psicológico del Tuca es de un hombre muy inteligente, al que se le presiona cada temporada y ahí está. Finalmente, ese temperamento lo ha canalizado para sus logros, exigir al máximo de su gente, y es muy fiel a lo que fue como jugador: siempre con un deseo de ganar”.

“Por otro lado, Matías Almeyda tiene muy desarrollada la inteligencia emocional. Es muy raro que lo veamos en situaciones negativas comprometidas. Ha sabido remar con una directiva que no es fácil. Él ha ido a los objetivos, ha convencido. Ha sabido hacer que [sus jugadores] crean en ellos mismos, que defiendan su localía, propuesta”.

Sin dejar a un lado sus creencias. Porque el sudamericano es un hombre de fe, para el que la ayuda divina es trascendental, aunque no la única herramienta que lleva al éxito.

“Curiosamente, me parece que es de los argentinos que más tienen los pies en la tierra. Cuando una persona tiene muy arraigadas sus creencias religiosas, se mantiene con los pies en la tierra y la cabeza en los cielos”, comparte la especialista. “A nivel de perfil psicológico, es uno de los directores técnicos que más equilibrados se mantienen, lo cual es positivo para su equipo y nuestro futbol”.

Opinión compartida por el psicólogo del deporte, Akira Esqueda, quien afirma que “Matías es una persona muy recta, ejemplar”.

“Él no va a ser campeón de cualquier forma, sino como se debe: jugando bien, que los futbolistas estén impecables”, agrega. “Trata de hacer todo perfecto”.

También su rival en la final, por más que se coloque una careta que sólo podría ser la forma en la que le guste ser visto.

“[El Tuca] en su día a día no es tan gruñón. De hecho, concilia más, se puede sacrificar por el grupo... Es todo lo contrario a lo que pensamos que es”, diagnostica Esqueda. “Grita porque lo necesita el grupo”.

Y le ha dado resultado.

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