SAO PAULO.— La Naranja Mecánica luce como un impactante Fórmula Uno. De pronto le mete quinta, sexta y el impulso le basta para rebasar a Chile.
La mala noticia es que se trata del próximo rival de la Selección Mexicana. La buena es que el espectáculo está garantizado.
El éxito es redondo en la Arena Corinthians, porque a falta de 14 minutos para el silbatazo final, Holanda redecora un apretado 0-0 en un efectivo 2-0, para instalarse en la cima del Grupo B con nueve puntos, cifra perfecta al término de la primera fase. Además es, hasta al fecha, la mejor ofensiva del certamen, con 10 goles en su cuenta.
La selección subcampeona del orbe se aprecia poderosa, renovada, contundente, imparable. Con el boleto resuelto previo al juego —al igual que el once andino—, Louis van Gaal perfecciona su maquinaria y muestra el músculo con un ataque letal.
Pero no se desespera. Sabe que Chile requiere de la victoria para poder aspirar al primer lugar. Ellos tienen que esperar la hora justa para matar.
Esta vez Holanda no cuenta con Robin van Persie —ausente por suspensión— ni el lesionado Bruno Martins Indi. Van Gaal guarda también a Jonathan de Guzman, por el riesgo de acumular la segunda tarjeta. Del lado andino, Arturo Vidal se queda fuera. No está apto físicamente e igualmente arrastra una amarilla. El técnico Jorge Sampaoli no lo expone. La batalla se desarrolla, pues, con ciertas precauciones.
El cero en el marcador prevalece y eso beneficia a Holanda. Mientras tanto, Chile se desespera y Van Gaal suelta la trampa, con dos hombres salidos de la banca. Memphis Depay dispara y Bravo desvía a córner. En el cobro, Leroy Fer, el otro jugador de refresco, firma de cabeza. Luego, Arjen Robben vuela y se la pone a Memphis, quien cierra la pinza al 91’. Así mata la Naranja Mecánica.