El sacrificio y el trabajo diario permitieron que Alejandro “Diablito” Pérez y Marco Polo “Toro” Reyes cumplieran su sueño de ser parte de la UFC.

“Empezamos a pelear por mil pesos”, cuenta “Diablito”. “Y había veces que si mi entrenador no se pegaba a los administradores, no me pagaban”.

Pérez, de 26 años, recuerda que en ocasiones tenía tres peleas en una sola noche.

Los peleadores confiesan que los combates eran cada tres meses—hoy uno cada seis— para poder alimentarse y tener un techo para vivir.

“Toro” confiesa que en noviembre competía cada fin de semana. “Yo mismo me pagaba mis aguinaldos”, bromea.

La actualidad de los gladiadores es distinta. “Contamos con gente que nos mantiene concentrados y tres meses antes de un combate, viajamos a California, para estar al 100%”, comenta “Toro”, quien sueña con poner un gimnasio para jóvenes.

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