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Ya sea en el palco o frente al televisor, Guillermo Álvarez la ha pasado mal —en varios partidos del Cruz Azul— desde el primer minuto.
No es que el directivo se deje llevar por la ola fatalista que suele ahogar a la institución, producto de los ya casi 19 años sin dar la vuelta olímpica en la Liga. Lo de él es incomodidad por muchas de las alineaciones que ha empleado Tomás Boy.
Al mandamás de La Máquina le agradaría ver a los mejores futbolistas disponibles desde que se escucha el silbatazo inicial.
“Lo que tiene que haber es mucha más disciplina táctica, pero ya no quisiera entrar tanto a ese terreno, porque también es muy importante la alineación inicial”, desmenuza Álvarez, en el aeropuerto de la Ciudad de México, previo al viaje de los Cementeros a Monterrey, donde esta noche visitan a los líderes e invictos Tigres. “Después, [hay que] estar corrigiendo sobre algo cuando le meten un gol en los primeros 15 minutos... Obviamente que el rival se acomoda mucho mejor, pero desde el principio la alineación tendría que ser mucho más fuerte, no estar esperando a meter jugadores que sean los que posteriormente intenten ser revulsivos”.
Aunque no lo dice abiertamente, su molestia parece radicar en que Christian Giménez y Rosario Cota —de gran actuación el sábado anterior contra los Jaguares de Chiapas— fueron relegados a la banca para el encuentro del martes contra el Toluca. Sí, ambos ingresaron durante el complemento, pero ya cuando los Diablos Rojos habían triunfado en la batalla de los sentimientos y dominaban el juego.
Tiene 35 años de edad, pero el “Chaco” es el segundo máximo anotador de La Máquina en el Apertura 2016 (dos goles), sólo detrás del contención chileno Francisco Silva, cuyos tres tantos han sido de penalti. No obstante, el símbolo celeste apenas fue titular en dos de los nueve partidos que ha jugado.
“Desde el principio, tiene que estar la alineación más fuerte, tanto física como mentalmente, y hay jugadores que necesitan iniciar”, sentencia el presidente cruzazulino. “Más allá de si aguantan 60 o 70 minutos, lo importante es que esté el mejor plantel desde el primero”.
Incluso, revela que “me gustó la alineación titular de Jaguares”, ante los que los celestes triunfaron (3-0), con Giménez y Cota en el 11 que arrancó el duelo.
Los envenenados dardos hacia el “Jefe” parecerían una clara señal de que la paciencia se ha agotado, pero el directivo adelanta que no se dará golpe de timón, sin importar lo que suceda esta noche sobre el campo del estadio Universitario, frente a un genuino peso completo.
“Estuvimos platicando en la semana con el ‘profe’ Eduardo de la Torre [director deportivo del club] y [nos encontramos] atentos al trabajo del equipo”, asegura. “Desde luego, con el lamentable resultado del martes [derrota frente a los Diablos Rojos], pero ya manifestamos nuestra postura”.
—¿Y esa postura es continuidad a Tomás Boy?
—Desde luego. Ahorita, imagínese nuevamente con una presión negativa, previo al juego de Tigres, que es muy importante. Después, porque viene un receso [por fecha FIFA] en el que tenemos que evaluar bastantes cosas.
Discurso repetido por De la Torre, en cuya planeación no existe caer frente a los norteños, por más que sean el equipo que ocupa el primer lugar de la tabla y no haya sido derrotado en este torneo.
“Nunca suponemos ni pensamos en ese sentido”, comparte el “Yayo”. “Siempre vamos con la intención de que el equipo saque un buen resultado, para eso nos preparamos. Nadie lo hace para perder”.
Eso sí, admite que es momento de que el Cruz Azul despierte, porque —desde su perspectiva— cuenta con el material humano suficiente para luchar verdaderamente por un sitio en la fase final.
“Ha sido una semana en la que pierdes un partido que era importante, porque nos iba a acercar a una zona en la que el equipo debe estar”, reconoce De la Torre. “De cierta manera, es la preocupación”.
“Como está diseñado este plantel, nos preocupa. Es momento de que accedamos a esos lugares”.