Qué bonito es ver tan viva la plaza de toros Santa María. Tan llena de alegría y pasión taurina. Qué bonito es ver salir triunfante al torero de casa, Octavio García “El Payo”, quien junto al extremeño Alejandro Talavante, lograron rescatar un festejo con los dos últimos ejemplares de la noche, al cortar dos y una oreja, respectivamente.

Un gran ambiente se vivió en los tendidos del coso queretano, aunque lo que se había anunciado como la corrida monstruo de la temporada mexicana, quedó a deber con respecto a los toros elegidos para la lidia nocturna. Los seis primeros toros fueron sumamente malos.

Sin duda, la entrega del torero de casa, “El Payo”, fue lo que salvó la primera corrida de la celebración de los 50 años de la plaza Santa María, pero fue hasta el último toro de la noche, it 1Amigo Jaime, que el queretano pudo cuajar una faena de altura para cortar los dos apéndices y salir a hombros del lugar en medio de sonoras ovaciones.

"El Payo" mostró que va en ascenso. Dos orejas que se ganó a pulso por su toreo valiente, con series bien rematadas que encumbró con una estocada final perfecta que le valió los merecidos trofeos.

Alejandro Talavante pudo hacer méritos en este festejo hasta su segundo ejemplar, el séptimo de la noche de nombre Brujo. Buscó por todas formas meter al toro en su juego, y lo logró con gran valor y entrega, hasta conseguir un trasteo meritorio, el cual fue premiado con una merecida oreja.

En total se lidiaron cuatro toros de la ganadería de Barralva y cuatro más de Fernando de la Mora, todos con buena presencia y peso, pero de juego complicado e irregular.

La expectativa que generó el lleno en los tendidos fue el regreso del matador madrileño Julián López “El Juli”, aunque no tuvo una buena noche. No faltó voluntad en el ibérico con sus ejemplares, ni tampoco respuesta de sus rivales que le permitieron escasos destellos del arte que tiene acostumbrada a la afición, pero las fallas con el acero hicieron que perdiera los trofeos.

La entrega de Eulalio López “Zotoluco” nunca se cuestiona. Pero esta vez, no le alcanzó la valentía para superar a los “bichos” que le tocaron en el sorteo, mismos que no le facilitaron su labor y sufrió a la hora de tirarse a matar, por lo que reinó el silencio tras sus faenas.

Los nuevos empresarios, Pablo Álvarez Saiz y José Manuel Herrerías, en conjunto con los dueños de la plaza queretana, buscan regresarle la categoría a la plaza, pero la remodelación y ajustes que realizaron con tan buenas intenciones, y el gran cartel presentado, con los que lograron una gran respuesta , se contraponen ante la falta de buenos ejemplares para la lidia.

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