A los aficionados de los Vikings, por ahora nadie les puede quitar el derecho a soñar con ver a su equipo el próximo 4 de febrero jugando el Super Bowl LII en casa.
Minnesota consiguió su victoria siete al hilo —primera vez desde 2000— al vencer 30-23 a los Lions de Detroit y con ello acercarse al título de la División Norte de la Conferencia Nacional.
Case Keenum lanzó dos pases de anotación y logró otra mediante un acarreo, todo en la primera mitad, en el primer partido de la triple cartelera de Día de Acción de Gracias.
El próximo Super Bowl se disputará en el U.S. Bank Stadium, casa de los Vikings.
Keenum, quien no fue reclutado en el draft y llegó procedente de Houston en 2012, tiene de pronto un récord de 7-2 en la campaña, luego de fojas de 9-15 con los Texans y los Rams de San Luis y Los Ángeles.
“Quiero ser grande, y tengo confianza en mí mismo. Creo que puedo lograrlo”, manifestó.
Minnesota lo contrató con la intención de que fuera sustituto. Pero ha aprovechado al máximo sus oportunidades ante las dolencias de Sam Bradford y en momentos en que Teddy Bridgewater se recupera de una lesión de rodilla.
Keenum completó 21 de 30 envíos para 282 yardas. Sus dos pases de touchdown tuvieron como destinatario a Kyle Rudolph, para que Minnesota tomara la ventaja por 20-3 en el segundo cuarto.
Detroit (6-5) cometió errores en distintas etapas del partido, y los Vikings los aprovecharon.
Los Lions reaccionaron para acercarse a cuatro puntos en el comienzo del cuarto periodo, gracias al segundo pase de anotación de Matthew Stafford a Marvin Jones.
Xavier Rhodes puso fin a cualquier esperanza de Detroit, al interceptar un pase de los Lions en las postrimerías del encuentro.
Los Vikings están a un triunfo o caída de los Lions (6-5) para asegurarse el título y llegar a Playoffs.
El quarterback Matthew Stafford, de los Lions, completó 20 de 35 pases para 250 yardas con dos envíos de anotación, le interceptaron un pase y fue capturado tres veces.