Parece una película repetida. Chivas se encamina a su sexto empate 1-1 del Clausura 2013. Pero esta historia tiene uno de esos giros inesperados que encumbran héroes y sepultan villanos. Marco Fabián es protagonista. Y su actuación es digna de un Oscar. Él y sólo él, puede escribir el desenlace de una cinta que ha tenido al Omnilife al borde del asiento.
Es el chico bueno de la película, el que habrá de quedarse con la gloria. El que con un zapatazo de zurda, al minuto 78, lleva la historia a su clímax. Desata la algarabía. Provoca lágrimas. El que habrá de permanecer en las mentes de quienes han visto, la tarde de ayer, al Rebaño Sagrado superar al León por 2-1.
En el arranque de esta película, es el Guadalajara quien se apodera de la pelota. León, en la primera visita de su historia al Estadio Omnilife, tarda en acomodarse de forma adecuada. Chivas genera peligro. Avisa primero con un disparo de Miguel Sabah, desde afuera del área, que el arquero Christian Martínez desvía a tiro de esquina, al 7’.
Fabián cumple con una labor distinta. La mano izquierda lleva una protección, luego de que el domingo pasado se fracturara el dedo anular ante Puebla. Hoy juega detrás de los delanteros. Una especie de enganche entre el único medio de contención, Patricio Araujo, y la dupla ofensiva Márquez Lugo-Sabah.
Desde ahí, puede evitar los choques, pero también brillar. Justo en esa posición toma la pelota afuera del área. Decide pronto, como hacen los buenos futbolistas. Ejecuta con precisión. Patea con la pierna derecha. Fuerte y colocado.
El vuelo de Christian Martínez resulta estéril. La pelota sigue ese camino ya conocido, pero en ocasiones tan difícil de encontrar. La ruta a la red está marcada. El disparo de Fabián la estremece al minuto 11. Estalla la parte rojiblanca del estadio casi lleno. La otra parte, la inmensa mancha verde que conforman unos 12 mil aficionados, enmudece.
En el arranque de la parte complementaria, el buen futbol del León merece un Oscar, pero no lo gana. Se apodera de una cancha ajena, como se ha apoderado de la tribuna. El asedio es claro sobre el marco de Luis Michel. Primero, Arrechea con un remate a las manos (46’); luego, Luis Montes con un tiro libre por encima (53’). Un aviso tras otro.
No hay resistencia eterna. El tiro libre desde el costado derecho lleva poca altura. Matías Britos se adelanta a la marca de Víctor Perales y a primer poste apenas desvía el esférico, que le pasa por un lado a Luis Michel. El 1-1, al minuto 61, desata una fiesta verde en la tribuna del Omnilife.
La película se vuelve de acción. Protagonista y antagonista decididos a golpear sin descanso. Intenso ida y vuelta. El mejor duelo en mucho tiempo en esta cancha.
El Guadalajara vive sus mejores minutos del torneo. Aparece el tridente ofensivo. Miguel Sabah, por la izquierda, toca profundo para Rafael Márquez Lugo, quien manda una diagonal retrasada. José Juan Vázquez intenta cortar. Lo hace pésimo. Deja la pelota a Marco Fabián. El rojiblanco hace un amague que deja fuera de combate a Óscar Mascorro, dentro del área. El “10” del Rebaño Sagrado dispara cruzado, de zurda. El glorioso viaje a la red. Gol de Chivas. Nueva explosión en el Omnilife, al 78’.
En la compensación, el final feliz está a punto de arruinarse. Carlos Peña peina un tiro libre, que angustiosamente pasa por un lado del arco. Chivas respira hondo. Tras el dramatismo, el desenlace deja sonrisas. El Rebaño Sagrado tiene 11 puntos y, por diferencia de goles, es octavo de la general. Y Marco Fabián, héroe incuestionable, se lleva a casa el Oscar como el mejor actor de esta historia.