Los gritos racistas en el futbol mexicano ya pueden provocar el desalojo de un estadio para que se reanude el partido sin público.
A partir de hoy, entrará en vigor el Protocolo Contra el Racismo dictado por FIFA y Concacaf, informó la Liga a través de un comunicado.
Este reglamento consta de tres etapas, en el que los árbitros tienen la posibilidad de llevar a cabo distintas medidas para que cesen las manifestaciones discriminatorias en contra de los futbolistas.
En la primera fase, el nazareno podrá detener el encuentro si percibe cánticos racistas, insultos, gritos y si, en su opinión, los comportamientos son sumamente graves e intensos parará el partido.
Mediante un anuncio por el sonido local se les solicitará a los aficionados que cesen el comportamiento inmediatamente. Tras la intervención de la megafonía en el inmueble se reanudará el duelo.
Una vez devuelta la actividad en el partido, si el comportamiento racista se mantiene en las tribunas, nuevamente el silbante volverá a detener el encuentro, pero esta vez la pausa se dará por un espacio de entre cinco y 10 minutos para platicar con el comisario asignado.
“Mientras el partido queda suspendido, el árbitro consultará con los oficiales de seguridad en el estadio y las autoridades de la policía sobre los posibles siguientes pasos y la posibilidad de suspender para el desalojo del estadio”, señala el boletín emitido por la Federación Mexicana de Futbol.
En caso de fallar esa medida, la tercera etapa del protocolo indica el desalojo total del inmueble para que se pueda desarrollar lo que queda del partido sin aficionados.
“La decisión del árbitro para la suspensión para el desalojo del estadio se realizará después de haber revisado y evaluado debidamente, por medio de una consulta plena y extensa con el comisario de partido, que todas las fases y medidas fueron aplicadas acorde al protocolo y una evaluación del impacto que la suspensión del partido tendría sobre los jugadores y el público”, señala el apartado que enuncia la tercera fase del manual.
Si es imposible la reanudación, el tiempo restante del partido se llevará a cabo cuando lo determine la presidencia ejecutiva de la Liga, respetando siempre el mismo número de jugadores que tenían al momento de la suspensión del encuentro.
Estas medidas fueron tomadas como reacción a los gritos racistas denunciados por Grupo Pachuca en los duelos entre León y Pumas, además del Pachuca-Atlante en el presente certamen.