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Habitar el ojo del huracán es su modus vivendi desde hace más de 11 años, cuando debutó en la Primera División.
Eso explica la tranquilidad irradiada por Francisco Javier Rodríguez, pese a las numerosas críticas por su expulsión ante los Pumas.
Reconoce que se equivocó al dar un rodillazo a Marco Antonio Palacios, pero no está de acuerdo con quienes solicitan su salida de la Selección Nacional. Advierte que lo único que le puede privar de estar en Brasil 2014 es “mi nivel, simplemente”.
“Si dudo de mí, hasta yo le digo a Miguel [Herrera] que me hago a un lado, pero ahorita estoy peleando por un puesto, quiero mi tercer Mundial y lo haré hasta el último”, agrega. “El nivel del Maza está bien y la gente puede decir misa, me siento muy bien futbolísticamente”.
—¿Eres el ‘villano favorito’ de la gente?
—Sí. Le voy a robar el pin... mote a [Miguel] Layún.
No le preocupa. Se ha familiarizado con la adversidad.
“Eso lo he vivido desde Chivas, durante 10 años, que si merecía o no ir a Holanda”, recuerda. “Me ha tenido sin cuidado siempre y sigo trabajando. Confío en mi capacidad, lo he hecho y lo sigo realizando en este momento”.
“Con el paso del tiempo he aprendido a mediar un poco con la prensa y ese tipo de comentarios. No me gusta callar. Ya lo hice muchos años y me agarraron de tonto, así es que ya no. Me gusta decirlo de frente”.
Incluso, si se trata de Marco Antonio Rodríguez, quien le mostró la roja: “A lo mejor, le gusta ser el protagonista. Es un buen árbitro. Debe pensar que va a un Mundial. Dice que es cristiano, pero no tiene algo de eso”.