AGUASCALIENTES.— El maestro de Galapagar, José Tomás, presentó en esta ciudad su libro Diálogos con Navegante, a poco más de una semana para presentarse en Provincia Juriquilla, el próximo 3 de mayo, en un mano a mano con su amigo y compadre Fernando Ochoa, en su despedida.
“No busques el aplauso ni el olé, eso te llevaría a salirte de tu forma de ser, e interpretar el toreo. Haz lo que te nazca en cada toreo, con naturalidad, sin poses, torear de verdad, es lo que trasciende a la emoción de la gente que se sienta en el tendido, lo que hace que acudan a la Plaza de Toros”, dijo el diestro, recordando las palabras de un viejo aficionado taurino, don Andrés García, quien marcó su carrera desde ese momento y para siempre.
“Este libro nos habla, desde diferentes reflexiones con gran profundidad, de lo que sucede entre el toro y el hombre, el hombre y la vida. Quiero agradecer a todos los autores en nombre de la Fundación por su desinteresada colaboración”, señaló José Tomás.
Diálogos con Navegante, se presenta al cumplirse cuatro años de la cornada que el 24 de abril de 2010 lo tuvo al borde de la muerte en Aguascalientes, ciudad que sirvió de marco para la presentación del libro en el marco de la tradicional Feria de San Marcos.
Vargas Llosa, se mete en la piel del toro para hablar con José Tomás, quien durante el percance y una larga convalecencia de la herida en el tercio medio del muslo izquierdo, tuvo algunas reflexiones sobre los toros, la vida y la muerte.
Don Andrés García le advirtió en su plática aquél febrero de 1994, un día después de su debut como novillero en la Plaza de San Marcos, ciertas reglas “que no debía olvidar”, una de ellas, que “en los toros, el riesgo es condición inseparable del encuentro con el arte”, y le recordó que todos los hombres que pisan la arena han tenido que pagar tributo “como todos los hombres que pisan la arena”.
Carlos Lozano de la Torre, gobernador de Aguascalientes, agradeció a José Tomás la distinción, y afirmó “el corazón de México es taurino y se llama Aguascalientes (...), la tauromaquia, con la maestría, temple, amor y lealtad de José Tomás hacia los toros, es cada vez más arte, poesía y un patrimonio que estamos llamados a defender, querer y cuidar con un mayor compromiso cada día, no sólo en las corridas, sino en cualquier momento y lugar”.