Munich.— Camino del “triplete” uno y de la “13” el otro, Bayern Munich y Real Madrid abrirán en el Allianz Arena, una semifinal de la Liga de Campeones repleta de historia, heridas sin sanar y que seguramente marcará a ambos.
Aunque el Bayern haya ganado ya la Bundesliga y esté en la final de Copa, necesita dar un golpe de autoridad en Europa: una Champions en 16 temporadas es un bagaje pobre para un club que se pasea últimamente en Alemania.
El Real Madrid, por su parte, tiene en la Champions, la tabla de salvación a su temporada, tras decir adiós a la Copa del Rey y quedar descolgado de la Liga española.
La actualidad exige a los grandes clubes resultados año tras año en Europa. No importa llevar seis Bundesligas seguidas o estar a tres partidos de ganar una tercera Champions consecutiva. Cualquier eliminación en el máximo torneo de clubes del mundo se escribe ahora con mayúsculas.
Bien diferentes eran las cosas en el ya lejano 1976, cuando el Bayern y el Real Madrid se midieron por primera vez. Desde entonces chocaron en 24 ocasiones —el clásico por antonomasia de la Copa de Europa— y la igualdad es máxima: 11 victorias para cada uno, dos empates, 36 goles para los alemanes y 37 conseguidos por los blancos. Será la séptima vez que se enfrenten en semifinales.
“Siempre ha habido grandes partidos y tiene una enorme tradición. Habrá millones de personas delante del televisor, habrá pasión, emoción, alegría, quizás también tristeza”, indicó el técnico del Bayern, Jupp Heynckes, quien volvió de su jubilación al banquillo y relanzar al club alemán.
Algo peor estaba el Real Madrid cuando Zinedine Zidane asumió el mando en enero de 2016. El francés le cambió el rostro y rescató su gen ganador para obtener dos Champions seguidas y estar ahora a dos pasos de colocar la estrella 13 encima del escudo. Nada de eso habría sido posible sin Cristiano Ronaldo.
Del portugués no guarda buenos recuerdos ningún estadio de Europa y mucho menos el Allianz Arena. Cristiano marcó cuatro goles en sus dos últimos partidos en Munich y cambió el oscuro historial de su club en la ciudad.
La capital bávara ha sido históricamente un infierno para el Real Madrid: entre 1976 y 2012 perdió nueve partidos y empató uno. Desde entonces, con Ronaldo como faro, dos visitas y dos triunfos.
Pero Zidane avisó ayer: “Es una semifinal de la Champions League y el pasado no cuenta... Sabemos que vamos a tener que sufrir”.