En 2001, Luis Rivera estaba decidido a retirarse del atletismo. Sus malos resultados en ese año lo llevaron a no entrenar los primeros meses de 2002. “Había sido un periodo frustrante”, recuerda Luis. Pero una voz familiar le pidió seguir un año mas. Hoy le agradece esa súplica.

“Mi mamá se acercó y me dijo ‘oye, tú siempre me has preguntado cómo me puedes regresar todo lo que he hecho por ti. Pues ya sé cómo puedes, quédate un año más en el atletismo’. ¡Me arrinconó! Me puso contra las cuerdas”, rememora el atleta cuya carrera desde ese momento ha ido en ascenso. Hoy es el poseedor de la mejor marca del año en salto de longitud con sus 8.46 metros.

Su vida ha cambiado. En su interior es el mismo, pero ahora siempre está rodeado de algún periodista que lo quiere entrevistar y varios medios especializados lo ponen como seguro medallista del próximo Campeonato Mundial de Atletismo de Rusia.

“Ha cambiado mi vida de ahora estar rodeado de entrevistas, ya ha cambiado [risas]. Pero trato de estar muy enfocado. Regresé a Agua Prieta, visité a mi familia y amigos. Todos me tratan igual. Bien o mal, les vale como sea. Esas son las amistades desde hace mucho tiempo. Muestran un poco de admiración, pero al final del día sigo siendo Luis. En mi casa el trato es igual, con regaños de mi madre si no cierro la puerta. Todos ellos son la columna vertebral para soportar una vida tan disciplinada”, comparte el sonorense.

Aquel salto mítico de 8.46 lo realizó durante la Universiada Mundial de Kazán 2013, en suelo ruso. Esa tarde del 12 de julio registró la mejor marca de lo que va del año para posicionarse en el primer lugar del ranking mundial. Una marca que es señalada como el registro que le hubiera dado el oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Pero para Luis Rivera, sólo fue un buen registro. Se resiste a despegar los pies de la tierra.

“El salto lo esperábamos, eventualmente sabíamos que teníamos la capacidad y el trabajo que habíamos realizado para saltar eso. Cayó en buen momento y se vinieron muchas cosas, pero irme a mi ciudad a Agua Prieta me ayudó muchísimo para mantenerme enfocado en lo que tengo que hacer. Sé que todavía queda el Campeonato Mundial y que ese es como mi examen final”, enfatiza el atleta sonorense.

Ayer partió rumbo a Londres, en donde participará en la Liga de Diamante este fin de semana. De ahí a un evento más de esta serie y finalmente retornará a Rusia el 7 de agosto. Competirá una semana después.

Ahí quiere repetir la clave que lo llevó a colgarse el oro en la Universiada de Kazán: el gozar su disciplina aún en plena competencia.

“Ya pude ver el video de Kazán y, antes de ese salto, vi que estaba disfrutando la competencia. Veía mi cara hasta con una sonrisa bien bonita [risas]. La clave es disfrutarlo. El trabajo que hemos realizado, nadie nos lo regaló, pero creo que ha habido una buena planificación”, resalta Luis, quien ayer hizo una última escala en el Tecnológico de Monterrey, institución donde cursa su doctorado.

Luis quiere ser simplemente Luis. Aunque ya es favorito para ser medallista en el próximo Mundial.

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