ARLINGTON.— A Estados Unidos le bastó Landon Donovan, su clase, su letalidad, para estar en la final de la Copa de Oro. Es el Capitán América que ha guidado hacia la perfección a su equipo en el torneo.

Sobre ese jugador diminuto, escurridizo, con la barba crecida, es por donde gira el futbol de los estadounidenses, quienes asustan de cara a la final por la facilidad con la que derrotaron a Honduras 3-1. Cualquier ataque pasa por sus pies, es el dueño de su selección, que lo extrañaba.

Es el punto de referencia, cualquiera de sus compañeros sólo levanta la cabeza para saber en dónde está Landon. En él se descargan los balones comprometidos, porque su claridad hace el futbol mucho más fácil en el esquema de Jurgen Klinsmann.

Primero una asistencia casi de espaldas que puso a Eddie Johnson para dejarlo mano a mano. El delantero estadounidense definió arriba, certero para comenzar a imponer la lógica en el estadio de los Vaqueros de Dallas de la NFL.

Luego, con una recepción de pecho magistral, dirigida tan sólo para empujar la pelota con un remate abajo y con mayor oportunidad para el portero hondureño. Ese 2-0 terminó por abatir las esperanzas de los catrachos, más pundonor, mucho correr, pero sin mayor capacidad para romper a los Estados Unidos.

Cuando los centroamericanos por fin se atrevieron al descuento, mediante un cabezazo de Nery Medina, de nuevo apareció Landon, con su sonrisa y festejo para dilapidar cualquier argumento rival por reaccionar. Fue cruel, pues lo hizo apenas unos segundos después del tanto hondureño.

Su segundo gol de la tarde, el quinto en su cuenta en esta Copa de Oro, lo hizo sin dejar de acompañar una jugada en ataque. Esperó hasta que Alejandro Bedoya alcanzó la línea de fondo para prepararse a rematar. Recibió el balón y lo único que tuvo que hacer fue empujarlo hacia las redes.

En cuanto salió de cambió, espontánemanete se había formado la “ola” en el coso texano. Representaba una especie de homenaje al Capitán América, por su calidad y talento, que despejó dudas sobre el favoritismo de Estados Unidos para llevarse el título de la Concacaf.

Los norteamericanos llegan al partido por el trofeo de campeón, con un registro perfecto, cinco partidos, igual número de victorias. Mejor aún, con Landon Donovan encendido.

Esa virtud de reecontrarse con su mejor versión, hacen del mediocampista una opción seria para su equipo de cara a las eliminatorias. No sería sorprendente que apareciera en la lista de convocados de Klinsmann para los próximos duelos rumbo a Brasil 2014, que incluye un duelo en septiembre contra México en Columbus.

Pero primero, Landon va por la Copa de Oro, como el estandarte de clase y letalidad que no ha dejado de ser vital para los estadounidenses y su paso que asusta.

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