Todos dicen que los tiempos pasados “fueron mejores”, pero para Marco Rodríguez, la unión que se tiene en la actual Comisión de Arbitraje “hace de ésta, un gremio fuerte, sobre todo honesto, y que trabaja más que nadie. Nos podemos equivocar, porque somos humanos, pero trabajamos, innovamos”.
Una muestra de esto, la ejemplifica en esta anécdota:
“En los años 90, ¡cuidado con que rebasaras a las divas!, ¡cuidado si en los partidos de futbol, le hacías un túnel a alguien!, sabías que la siguiente entrada sería una patada”.
Mas no sólo eran patadas, las muestras de “superioridad” —de parte de la vieja guardia— iban más allá.
“Una vez, Bonifacio [Núñez] me grita: ‘A ver maestrito de educación física, a ver si cuando llegues a mi edad arbitras’. Le contesté: ‘Señor, respéteme. Mire, se lo voy a platicar así: Mi proyecto de vida es el siguiente. Voy a llegar al Mundial de 2006, 2010, y 2014 y me retiro antes’... Nunca lo dije en mala onda, y quien lo viera... Lo logré”.
Rodríguez afirma que nunca demeritó los viejos tiempos, “pero todo evoluciona. Hubo grandes árbitros antes y ahora, con grandes posibilidades de cubrir grandes competencias, pero fueron saliendo por las altas exigencias internas que pide el arbitraje. Al final, no lo soportaron. El futbol de ahora requiere un altísimo nivel. No es sencillo tener una carrera de 20 años en el arbitraje. Un silbante con carrera de 10 años, donde se juegue futbol de alta competición, tiene mis respetos. Si tiene 15 de internacional... ¡uf!”.